Las directrices proporcionadas por la Junta de Compensación de los Trabajadores del Estado de Nueva York ofrecen principios fundamentales para abordar el síndrome de vibración mano-brazo (HAVS). Estas directrices están diseñadas para ayudar a los profesionales sanitarios a identificar los enfoques terapéuticos adecuados en el contexto de una evaluación exhaustiva.
Los profesionales sanitarios con experiencia en el tratamiento del síndrome de vibración mano-brazo (HAVS) pueden confiar en las orientaciones esbozadas por la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo para tomar decisiones bien informadas sobre los métodos terapéuticos más adecuados para sus pacientes.
Es fundamental subrayar que estas directrices no pretenden sustituir el juicio clínico ni la experiencia profesional. La decisión final sobre el tratamiento del síndrome de vibración mano-brazo (HAVS) debe ser fruto de la colaboración entre el paciente y su profesional sanitario.
Síndrome de vibración mano-brazo (HAVS)
El término «síndrome de vibración mano-brazo (HAVS)» se utiliza desde la década de 1980 para designar el conjunto de respuestas fisiológicas adversas relacionadas con las fuerzas vibratorias de gran amplitud. Tales fuerzas se experimentan típicamente a través del uso de herramientas manuales como taladros neumáticos, remachadoras, sierras de cadena, o actividades que implican una vibración significativa, como la conducción de vehículos todo terreno.
Otros términos utilizados para designar estas respuestas son fenómeno de Raynaud de origen laboral, dedos blancos, dedos muertos, enfermedad vasoespástica traumática (TVD) y «dedo blanco inducido por vibración». Los efectos negativos del HAVS incluyen alteraciones circulatorias, problemas sensoriales y motores, y problemas musculoesqueléticos.
Los efectos adversos del HAVS incluyen problemas circulatorios asociados a la esclerosis de la arteriola digital, que provocan vasoespasmo y blanqueamiento local de los dedos. Los problemas sensoriales y motores se manifiestan como entumecimiento, pérdida de coordinación, torpeza y dificultad para realizar tareas complejas. Los problemas musculoesqueléticos incluyen hinchazón de los dedos, quistes óseos y vacuolas. También se han notificado asociaciones entre el síndrome del túnel carpiano (STC) y el HAVS, vinculando la exposición a la vibración.
Las pruebas epidemiológicas sugieren un periodo de latencia de 1 a 16 años de exposición antes de la aparición del HAVS. La prevalencia tiende a disminuir con los cambios en las prácticas laborales, la introducción de herramientas antivibratorias y las acciones de amortiguación. Los cambios fisiopatológicos debidos a las vibraciones son inicialmente reversibles, pero una exposición prolongada e intensa puede conducir a la progresión o permanencia del trastorno.
Estudios diagnósticos
Prueba de provocación en frío, termografía de estrés en frío, presión arterial sistólica en los dedos, pruebas de umbral vibrotáctil, anestesiometría térmica o estudios de velocidad de conducción nerviosa para diagnosticar el síndrome de vibración mano-brazo.
- No recomendado: Para diagnosticar HAVS.
- Evidencias: Falta de evidencia que apoye la eficacia de estos estudios especiales en el diagnóstico del HAVS.
Pruebas serológicas (trombomodulina, molécula de adhesión intracelular soluble 1 [s1-CAM 1]) para diagnosticar el síndrome de vibración mano-brazo
- No recomendado: Para diagnosticar HAVS.
- Justificación: En la actualidad no existen pruebas serológicas que proporcionen pruebas objetivas o una estadificación del VHA.
Pruebas para trastornos del tejido conectivo
- No recomendado: Para diagnosticar HAVS.
- Justificación: Actualmente no existe ninguna prueba serológica que proporcione pruebas objetivas o una estadificación del VHA.
Medicamentos
Para la mayoría de los pacientes, el ibuprofeno, el naproxeno u otros AINE de generaciones anteriores se recomiendan como medicamentos de primera línea. El paracetamol puede considerarse una alternativa para los pacientes que no son aptos para los AINE, aunque la evidencia sugiere una eficacia modestamente menor.
Fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para el tratamiento del dolor agudo, subagudo o crónico por HAVS
- Recomendado: Para el tratamiento del dolor agudo, subagudo o crónico del HAVS.
- Indicaciones: Los AINE se recomiendan como primera línea de tratamiento, con agentes de venta libre como opción inicial.
- Frecuencia/Duración: El uso según necesidad puede ser razonable para muchos pacientes.
- Indicaciones de interrupción: Resolución de los síntomas, falta de eficacia o aparición de efectos adversos.
AINE para pacientes con alto riesgo de hemorragia gastrointestinal
- Recomendado: Para uso concurrente con fármacos citoprotectores en pacientes con alto riesgo de hemorragia gastrointestinal.
- Indicaciones: Considerar en pacientes de alto riesgo, especialmente con antecedentes de hemorragia gastrointestinal previa, ancianos, diabéticos y fumadores de cigarrillos.
- Frecuencia/dosis/duración: Se recomiendan inhibidores de la bomba de protones, misoprostol, sucralfato, bloqueadores H2. Dosis y frecuencia según fabricante.
- Indicaciones de interrupción: Intolerancia, efectos adversos o interrupción del AINE.
AINE para pacientes con riesgo de efectos adversos cardiovasculares
- Discusión de riesgos y beneficios para pacientes con enfermedad cardiovascular conocida o múltiples factores de riesgo.
- Recomendado: Paracetamol o aspirina como tratamiento de primera línea para minimizar los efectos adversos cardiovasculares.
- Preferidos: En caso necesario, AINE no selectivos frente a fármacos específicos de la COX-2.
- Orientación para el uso de aspirina: En pacientes que toman aspirina en dosis bajas, los AINE deben tomarse al menos 30 minutos después u 8 horas antes de la aspirina diaria.
Acetaminofén para el tratamiento del dolor por HAVS
- Recomendado: Para el tratamiento del dolor por HAVS, especialmente en pacientes con contraindicaciones para los AINE.
- Indicaciones: Todos los pacientes con dolor HAVS, incluyendo agudo, subagudo, crónico y postoperatorio.
- Dosis/Frecuencia: Según las recomendaciones del fabricante, en función de las necesidades.
- Indicaciones de interrupción: Resolución del dolor, efectos adversos o intolerancia.
Opiáceos
- No recomendado: Para el dolor agudo, subagudo o crónico del HAVS.
Tratamiento
Fumar
- Recomendado: Considerar el tabaquismo como un factor de riesgo de HAVS.
- Consejos adicionales: Evitar betabloqueantes, estimulantes simpáticos como la cafeína, descongestionantes y anfetaminas, ya que pueden actuar como potenciales desencadenantes. El mantenimiento de la temperatura corporal y de las manos en ambientes fríos puede ayudar a prevenir o reducir los síntomas.
Rehabilitación
La rehabilitación tras una lesión laboral debe dar prioridad al restablecimiento de las capacidades funcionales para las actividades cotidianas y laborales, con el objetivo de devolver al trabajador lesionado al estado anterior a la lesión en la medida de lo posible.
La terapia activa implica un esfuerzo interno por parte del paciente para completar ejercicios específicos, mientras que la terapia pasiva se basa en modalidades administradas por un terapeuta para facilitar el progreso en un programa de terapia activa y lograr ganancias funcionales objetivas.
Debe hacerse hincapié en las intervenciones activas frente a las pasivas. Se aconseja a los pacientes que continúen con las terapias activas y pasivas en casa para mantener los niveles de mejoría. Pueden incluirse dispositivos de asistencia en el plan de rehabilitación para mejorar los logros funcionales.
Terapia: Activa
Ejercicio terapéutico
- Recomendado: Para el tratamiento de los déficits funcionales relacionados con el HAVS.
- Frecuencia/dosis/duración: El número total de visitas puede oscilar entre dos y tres para déficits leves y entre 12 y 15 para déficits más graves, con una mejora funcional objetiva continua documentada. Si persisten los déficits, pueden estar indicadas más de 12 a 15 visitas con documentación de la mejora funcional hacia objetivos específicos. Se debe desarrollar un programa de ejercicios en casa y realizarlo junto con la terapia.
- Evidencia: Apoyando el uso del ejercicio para el HAVS.
Actividades laborales
Restricciones de trabajo de exposición a vibraciones para HAVS
- Recomendación: Los pacientes con HAVS deben tener restricciones laborales, limitando las tareas a aquellas que no impliquen exposiciones a vibraciones de alta amplitud y baja frecuencia procedentes de herramientas manuales.
- Indicaciones: Aplicable para HAVS resultantes de exposiciones a vibraciones de alta amplitud y baja frecuencia a través de herramientas manuales vibratorias.
Restricciones de trabajo de exposición al frío para HAVS
- Se recomienda: Para determinados pacientes con HAVS, se aconsejan restricciones laborales para tareas que no impliquen exposiciones al frío.
- Indicaciones: Relevante para el HAVS no controlado mediante la evitación de exposiciones a vibraciones o para pacientes con problemas recurrentes como vasoespasmo u otras complicaciones no resueltas a pesar de otros tratamientos.