Las directrices elaboradas por la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo del Estado de Nueva York tienen por objeto ayudar a los profesionales sanitarios a proporcionar el tratamiento adecuado para los esguinces/dislocaciones de la articulación acromioclavicular.
Adaptadas a los profesionales médicos, estas directrices de la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo ofrecen ayuda para determinar el curso de acción correcto para las personas que sufren esguinces o luxaciones de la articulación acromioclavicular.
Es importante subrayar que estas directrices no sustituyen al juicio clínico ni a la experiencia profesional. La decisión final sobre el tratamiento de los problemas de la articulación acromioclavicular debe tomarse en colaboración con el paciente y su profesional sanitario.
Lesión aguda de la articulación acromioclavicular (AC)
Separación del hombro es un término común utilizado para describir una lesión aguda de la articulación acromioclavicular (AC).
Clasificación de las lesiones:
El grado de desplazamiento clavicular depende de la gravedad de la lesión de los ligamentos AC y Coracoclavicular (CC), la cápsula articular AC y los músculos de soporte del hombro (trapecio y deltoides) conectados a la clavícula.
Clasificación tradicional de Allman y Tossy:
El sistema clásico de clasificación de Allman y Tossy comprende tres grados. Clasifica las lesiones en función del grado de desplazamiento clavicular.
Expansión de Rockwood:
Rockwood amplió esta clasificación, introduciendo seis tipos de lesiones. El tipo I de Rockwood corresponde al grado I original de Allman/Tossy, el tipo II de Rockwood se ajusta al grado II original de Allman/Tossy y los tipos III-VI de Rockwood entran en la categoría del grado III original de Allman/Tossy. Esta ampliación proporciona una comprensión más matizada de las lesiones de la articulación AC.
Historia y mecanismo de la lesión
Mecanismo de lesión (esguinces/dislocaciones de la articulación AC):
Los pacientes suelen sufrir una lesión de la articulación AC al caer sobre el punto del hombro, lo que provoca que el acromion se desplace hacia abajo, o al caer sobre una mano o codo extendidos, ejerciendo una fuerza hacia atrás y hacia fuera sobre el hombro. Es fundamental eliminar otras posibles fuentes de dolor de hombro derivadas de lesiones agudas, como desgarros del manguito de los rotadores, fracturas y lesiones nerviosas.
Hallazgos físicos:
Los hallazgos físicos pueden abarcar sensibilidad en la articulación AC, ocasionalmente acompañada de contusiones y/o abrasiones en la zona articular. Puede observarse prominencia o asimetría del hombro, junto con una reducción del movimiento del hombro y sensibilidad del extremo distal de la clavícula a la palpación. Puede producirse un aumento de la traslación clavicular, y la aducción transversal del cuerpo puede inducir dolor intenso. El signo de piano positivo se obtiene traccionando hacia abajo la extremidad extendida, con un dedo en el acromion y la yema del otro dedo en la clavícula. Un signo positivo se indica cuando el acromion se desplaza distalmente y la clavícula se deprime, asemejándose a la acción de pulsar una tecla de piano.
Pruebas de laboratorio:
En general, las pruebas de laboratorio no se consideran necesarias. Sólo se recomiendan en determinados pacientes en los que se sospecha una enfermedad sistémica.
Procedimientos de prueba – Rayos X:
Las pruebas radiográficas se recomiendan de forma selectiva en función de las indicaciones clínicas. Las radiografías simples pueden incluir una vista AP, una radiografía AP del hombro con un ángulo cefálico de 10 grados (vista Zanca), vistas laterales axilares y una vista de esfuerzo con comparación de lado a lado utilizando 10-15 libras. de peso en cada mano.
Procedimientos de tratamiento no quirúrgico:
Los procedimientos de tratamiento no quirúrgico se recomiendan de forma selectiva en función de las indicaciones clínicas. Estos procedimientos pueden implicar tratamiento térmico dirigido por el paciente e inmovilización, que se prolongan hasta seis semanas para las separaciones de tipo I-III de la articulación AC. El uso de tratamientos de inmovilización para las lesiones de tipo III sigue siendo objeto de controversia. Los medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroideos y los analgésicos, están indicados, mientras que los narcóticos no suelen recomendarse.
Inyección en el Espacio Subacromial con Esteroides:
La inyección de corticoides en el espacio subacromial se recomienda de forma selectiva en función de las indicaciones clínicas. Puede ser terapéutica si el paciente responde positivamente a una inyección diagnóstica de un anestésico. Sin embargo, se desaconsejan las inyecciones directas en los tendones. Normalmente, basta con una o dos inyecciones, con un intervalo mínimo recomendado de tres semanas entre inyecciones. El tiempo para producir un efecto es inmediato con anestesia local o en tres días con corticosteroides. La duración máxima está limitada a no más de tres inyecciones anuales en el mismo lugar.
Manipulación e intervenciones de medicina física:
La manipulación puede considerarse en un esguince de tipo II. Las intervenciones de medicina física deben dar prioridad a un aumento gradual de la amplitud de movimiento sin empeorar la lesión de la articulación AC. A medida que mejore el movimiento y se controle el dolor, debe iniciarse un programa de fortalecimiento, y podría contemplarse la posibilidad de volver al trabajo modificado/limitado. En torno a las ocho u once semanas, con el restablecimiento del movimiento completo o casi completo, se prevé la vuelta al trabajo.