Pautas de tratamiento médico del Estado de Nueva York para el tratamiento de las lesiones cervicales en pacientes con indemnización por accidente laboral

Las directrices proporcionadas por la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo del Estado de Nueva York tienen por objeto ayudar a los profesionales sanitarios en el ámbito de la terapia de rehabilitación. Estas directrices pretenden ayudar a los médicos, terapeutas y profesionales sanitarios a determinar las estrategias de rehabilitación adecuadas para las personas sometidas a terapia.

Los profesionales sanitarios especializados en terapia de rehabilitación pueden confiar en la orientación proporcionada por la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo para tomar decisiones bien informadas sobre los enfoques de rehabilitación más adecuados y eficaces para sus pacientes.

Es fundamental subrayar que estas directrices no pretenden sustituir al juicio clínico ni a la experiencia profesional. La decisión final sobre la terapia de rehabilitación debe ser fruto de la colaboración entre el paciente y su profesional sanitario.

Terapia de rehabilitación

La recuperación de una lesión relacionada con el trabajo suele implicar una terapia formal supervisada, y la atención debe centrarse en restablecer las capacidades funcionales necesarias para las actividades cotidianas y laborales del paciente, con el objetivo de que vuelva a su estado anterior a la lesión en la medida de lo posible. La terapia activa implica el esfuerzo interno del paciente para completar ejercicios o tareas específicas, mientras que la terapia pasiva se basa en intervenciones realizadas por un terapeuta sin el esfuerzo del paciente.

Por lo general, las intervenciones pasivas se consideran una forma de apoyar el progreso en un programa de terapia activa, lo que conduce a mejoras funcionales tangibles. Es esencial dar prioridad a las intervenciones activas frente a las pasivas. Se aconseja a los pacientes que continúen con las terapias activas y pasivas en casa para mantener los progresos conseguidos durante el tratamiento. Además, la incorporación de dispositivos de asistencia al plan de rehabilitación puede ser beneficiosa para mejorar los logros funcionales.

 

Terapia Física / Ocupacional

Sugerido – para mejorar la función, lo que incluye mejorar la amplitud de movimiento y la fuerza.

Frecuencia/dosis/duración: La frecuencia de las visitas suele adaptarse a la gravedad de la limitación. Iniciar un programa de ejercicios suele implicar de dos a tres visitas semanales durante dos semanas. El número total de visitas puede oscilar entre dos o tres en los casos leves y entre 12 y 15 cuando hay una mejora funcional objetiva documentada.

Como parte del plan de rehabilitación, se debe animar a los pacientes a seguir con la terapia activa y pasiva en casa, ampliando el proceso de tratamiento para mantener los progresos realizados.

Indicaciones: Aplicable a todos los pacientes con lesiones cervicales, ya sean postoperatorias o tratadas de forma conservadora.

Indicaciones de interrupción: Suspender cuando se resuelva el dolor, haya intolerancia al tratamiento, resulte ineficaz o si el paciente no cumple.

 

Actividades de la vida diaria (ADL)

Las actividades de la vida diaria (AVD) abarcan la orientación, la participación asistida y/o la modificación de actividades o equipos. Se aconseja a determinadas personas para mejorar sus capacidades en actividades rutinarias como el cuidado personal, la formación para la reinserción laboral, las tareas domésticas y la conducción.

Frecuencia: Normalmente, de tres a cinco sesiones por semana, observándose efectos notables en cuatro o cinco tratamientos, con una duración máxima de seis semanas, según las indicaciones clínicas.

 

Terapia acuática

Se desaconseja.

 

Actividades Funcionales

Las actividades funcionales son actividades terapéuticas destinadas a mejorar la movilidad, la mecánica corporal, la empleabilidad, la coordinación, el equilibrio y la integración sensoriomotora. Se sugiere para pacientes específicos cuando está clínicamente justificado.

Frecuencia: Normalmente se realiza de tres a cinco veces por semana, con efectos notables conseguidos en cuatro o cinco sesiones, y la duración óptima abarca de cuatro a seis semanas.

Duración máxima: Limitada a seis semanas.

 

Estimulación eléctrica funcional

La estimulación eléctrica funcional consiste en utilizar corriente eléctrica para desencadenar contracciones involuntarias o asistidas en músculos que pueden estar atrofiados o deteriorados. Se aconseja para pacientes específicos.

Indicaciones: Indicado para tratar la atrofia muscular, la debilidad y la lentitud de la contracción muscular resultantes de dolores, lesiones, disfunciones neuromusculares o situaciones en las que exista la posibilidad de atrofia. Puede ser adecuado si se combina con un programa de ejercicio activo.

Según las directrices de tratamiento médico de las lesiones cervicales de la Junta de Compensación de los Trabajadores del Estado de Nueva York:

Frecuencia: Normalmente se lleva a cabo tres veces por semana, requiriendo de dos a seis sesiones para mostrar un efecto, con una duración máxima de ocho semanas según se determine clínicamente.

 

Reeducación Neuromuscular

Sugerido para individuos específicos.

Indicaciones: Se recomienda cuando es necesario mejorar las respuestas neuromusculares mediante estímulos propioceptivos cronometrados con precisión. El objetivo es provocar y mejorar la actividad motora en patrones similares a los observados en secuencias neurológicas normalmente desarrolladas, mejorando en última instancia las respuestas neuromotoras con control independiente.

Frecuencia: Suele realizarse tres veces por semana, requiriendo de dos a seis sesiones para demostrar un efecto, y no debe prolongarse más allá de ocho semanas según determinen las necesidades clínicas.

 

Ejercicio terapéutico

El ejercicio terapéutico, ya sea asistido o resistido por máquinas, puede incluir varios tipos como ejercicios isoinerciales, isotónicos, isométricos e isocinéticos.

Se recomienda para individuos específicos según la necesidad clínica.

Indicaciones: Se sugiere por razones como la mejora de la aptitud cardiovascular, la reducción de la hinchazón, la mejora de la fuerza muscular y del tejido conectivo, la garantía de una densidad ósea robusta, el fomento de la circulación para apoyar la curación de los tejidos blandos, el refinamiento del reclutamiento muscular, la ampliación de la amplitud de movimiento y la promoción de patrones de movimiento naturales. También puede abarcar la terapia de movimiento con ejercicios alternativos.

Frecuencia: Normalmente se realiza de tres a cinco veces por semana, requiriendo de dos a seis sesiones para mostrar efecto, con una duración máxima de ocho semanas en función de la necesidad clínica.

 

Estimulación eléctrica (médico o terapeuta aplicado)

Es aconsejable para individuos específicos como parte de un enfoque de tratamiento holístico.

Frecuencia: Lo ideal es hacerlo de dos a tres veces por semana, sin superar una duración total de dos meses.

Desaconsejado: El uso de la Estimulación Eléctrica, al igual que otras modalidades pasivas, no se recomienda como único método de tratamiento.

 

Manipulación

El tratamiento manipulativo, que no debe confundirse con la terapia, se refiere a la aplicación de fuerzas manuales por parte de un operador para mejorar la función fisiológica y/o restaurar la homeostasis afectada por una lesión o enfermedad profesional, con importantes implicaciones clínicas. Es importante señalar que la manipulación, en este contexto, excluye la reducción de luxaciones en la columna cervical.

Las contraindicaciones de la manipulación pueden incluir afecciones como inestabilidad articular, fracturas, osteoporosis grave, infección, cáncer metastásico, artritis inflamatoria activa e indicios de déficits neurológicos progresivos, mielopatía, insuficiencia vertebrobasilar o enfermedad de la arteria carótida. Las contraindicaciones relativas abarcan la estenosis, la espondilosis y la hernia discal.

Es aconsejable para el tratamiento del dolor de cuello agudo y subagudo cuando se relaciona con mejoras mensurables, y no hay evidencia de fractura o inestabilidad significativa. Se debe prestar especial atención a los pacientes con estenosis espinal conocida.

Frecuencia: Inicialmente, puede realizarse hasta tres veces por semana durante las primeras cuatro semanas, en función de la gravedad de la afectación y de los efectos deseados. Después, hasta dos tratamientos semanales durante las cuatro semanas siguientes, con reevaluación en busca de signos de mejoría funcional o de la necesidad de nuevas evaluaciones. El tiempo necesario para ver resultados en todos los tipos de tratamiento manipulativo suele ser de una a seis sesiones. La continuación del tratamiento dependerá de la mejoría funcional observada.

Duración óptima: Lo ideal es que el plan de tratamiento dure entre ocho y doce semanas.

Duración máxima: Limitada a tres meses. Sin embargo, puede ser necesario prolongar los cuidados más allá de este máximo en casos de nueva lesión, interrupción de la continuidad asistencial, exacerbación de los síntomas o para pacientes con comorbilidades.

Además, puede recomendarse un programa de mantenimiento de manipulación de la columna vertebral, realizado por un médico (MD/DO), quiropráctico o fisioterapeuta, en determinadas situaciones después de determinar la mejoría médica máxima (MMI), especialmente cuando está relacionado con el mantenimiento del estado funcional. Consulte la Sección D.10, Terapia: Cuidados de mantenimiento continuo, para más detalles.

Desaconsejable: No es aconsejable someterse a un tratamiento profiláctico.

Razonamiento: No hay pruebas que apoyen la eficacia del tratamiento profiláctico, ya sea para la prevención primaria (antes del primer episodio de dolor) o para la prevención secundaria (después de recuperarse de un episodio de dolor de cuello).

 

Manipulación de la columna vertebral bajo anestesia general (MUA) –

No recomendado

 

Manipulación bajo anestesia articular (MUJA) –

No recomendado

 

Masaje (manual o mecánico)

El masaje, ya sea manual o con asistencia mecánica, consiste en manipular los tejidos blandos para inducir una amplia relajación y mejorar la circulación. Esto puede incluir la estimulación de puntos de acupuntura, el uso de ventosas y el empleo de técnicas como presionar, levantar, frotar y pellizcar con las manos del profesional. Se recomienda para afecciones como edemas, espasmos musculares, adherencias, la necesidad de mejorar la circulación periférica y la amplitud de movimiento, o para aumentar la relajación muscular y la flexibilidad antes del ejercicio. Como todas las terapias pasivas, el masaje debe combinarse con ejercicio y educación del paciente. Demostrar beneficios objetivos, como la mejora funcional y la reducción de los síntomas, es crucial para la continuidad del tratamiento.

Recomendado – Sugerido para uso selectivo en dolor de cuello no agudo como complemento de tratamientos más eficaces, que impliquen principalmente un programa graduado de ejercicios aeróbicos y de fortalecimiento.

Recomendado – Aconsejado para el dolor de cuello agudo y los síndromes radiculares crónicos en los que el dolor de cuello es un síntoma importante.

Recomendado – Sugerido para pacientes con dolor de cuello no agudo sin problemas graves subyacentes como fracturas, tumores o infecciones.

Frecuencia: Típicamente, de una a dos veces por semana, con efectos inmediatos y una duración máxima de dos meses según indicación clínica.

Interrupción: Suspender cuando se resuelva el problema, si hay intolerancia o si no se observa ningún beneficio.

No recomendado – Desaconsejó el uso de dispositivos mecánicos para administrar masajes.

 

Movilización conjunta:

La movilización articular consiste en mover suavemente los segmentos vertebrales con movimientos oscilatorios. Esta movilidad pasiva se realiza de forma graduada (I, II, III, IV o V), indicando la velocidad y la profundidad del movimiento articular. También puede incluir el estiramiento manual especializado de los tejidos articulares.

Se recomienda: Se sugiere para pacientes específicos en base a indicaciones clínicas.

Indicaciones: Se recomienda cuando existe la necesidad de mejorar el juego articular, la alineación segmentaria, mejorar la artrocinemática intracapsular o aliviar el dolor asociado al pinzamiento tisular. La movilización debe ir siempre acompañada de una terapia activa. Para la movilización de nivel V, las contraindicaciones incluyen inestabilidad articular, fracturas, osteoporosis grave, infección, cáncer metastásico, artritis inflamatoria activa y signos de déficit neurológico progresivo, mielopatía, insuficiencia vertebrobasilar o enfermedad de la arteria carótida. Las contraindicaciones relativas son la estenosis, la espondilosis y la hernia discal.

Frecuencia: Normalmente se realiza hasta tres veces por semana, necesitando de seis a nueve sesiones para mostrar efecto, siendo la duración óptima de cuatro a seis semanas. La duración máxima recomendada es de seis semanas.

 

Movilización de tejidos blandos:

La movilización de tejidos blandos consiste en la aplicación experta de técnicas como la energía muscular, la tensión/contrapresión, la liberación manual de puntos gatillo y otros métodos de terapia manual. Su objetivo es mejorar o normalizar los patrones de movimiento reduciendo el dolor y las restricciones de los tejidos blandos. Estas técnicas pueden implicar la participación del paciente o la relajación, lo que permite al profesional mover los tejidos corporales.

Indicaciones: Se recomienda para afecciones como espasmos musculares alrededor de una articulación, puntos gatillo, adherencias y compresión neural. Al igual que la movilización articular, la movilización de los tejidos blandos debe ir acompañada de una terapia activa.

Frecuencia: Típicamente hasta tres veces por semana, requiriendo de cuatro a nueve sesiones para producir efecto, siendo la duración óptima de cuatro a seis semanas.

 

Diatermia de onda corta

No se fomenta

 

Terapia de frío y calor superficial (excluida la terapia de infrarrojos):

El calor y el frío superficiales son métodos que implican cambios de temperatura en los tejidos corporales para aliviar el dolor, la inflamación y/o la hinchazón provocados por lesiones o efectos inducidos por el ejercicio. Esto incluye la aplicación de calor justo por encima de la superficie de la piel en los puntos de acupuntura.

Se recomienda: Se sugiere para individuos específicos basándose en indicaciones clínicas.

Indicaciones: Se recomienda para el dolor agudo, edema y hemorragia, la necesidad de elevar el umbral del dolor, reducir el espasmo muscular y promover el estiramiento / flexibilidad. Puede utilizarse junto con otras terapias activas e incluso puede ser autoadministrado por el paciente.

Frecuencia: Típicamente, realizado de dos a cinco veces por semana, mostrando efectos inmediatos, con una duración máxima de dos meses según indicación clínica.

Duración óptima: Principalmente durante tres semanas o de forma intermitente como complemento de otros procedimientos terapéuticos durante un máximo de dos meses.

 

Tracción:

La tracción manual es un componente vital de la manipulación manual o movilización articular. Está indicado para afecciones que implican una reducción del espacio articular, espasmos musculares alrededor de las articulaciones y la necesidad de mejorar la nutrición y la respuesta sinovial.

Se recomienda: Se sugiere para pacientes específicos con molestias radiculares según indicación clínica.

Frecuencia: Normalmente se realiza de dos a tres veces por semana, requiriendo de una a tres sesiones para efectos inmediatos, con una duración máxima de un mes según indicación clínica.

Duración óptima: Aconsejado durante 30 días.

 

Tracción mecánica:

Recomendado: Sugerido para pacientes específicos con molestias radiculares según indicación clínica.

Indicaciones: La tracción mecánica se aplica habitualmente a pacientes con hallazgos radiculares, y a veces se utiliza para tratar síntomas relacionados con la reducción del espacio articular y los espasmos musculares alrededor de las articulaciones. Si tiene éxito, el tratamiento puede pasar a la tracción domiciliaria. Sin embargo, los métodos de tracción no son adecuados para pacientes con tumores, infecciones, fracturas o fracturas/dislocaciones. Los pacientes pueden plantearse adquirir una unidad de tracción cervical doméstica si la terapia resulta eficaz.

Frecuencia: Suele realizarse de dos a tres veces por semana, requiriendo de una a tres sesiones para obtener efecto, con una duración máxima de cuatro semanas según indicación clínica.

Interrupción: Si hay una respuesta negativa después de tres tratamientos, se recomienda suspender esta modalidad.

 

Neuroestimulador transcutáneo (TCNS/bloqueo nervioso electroanalgésico)

No recomendado

 

Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS):

El tratamiento con TENS debe incluir al menos una sesión de instrucción para su correcta aplicación y uso.

Recomendado: Se sugiere su uso selectivo en el tratamiento del dolor cervical crónico o síndrome de dolor radicular crónico, sirviendo como complemento de segunda línea a otros tratamientos de primera línea.

Indicaciones: Útil para tratar los espasmos musculares, la atrofia y controlar el dolor concurrente en el consultorio. Es crucial documentar una mejora funcional constante y mensurable, y evaluar la probabilidad de cronicidad antes de proporcionar una unidad domiciliaria. El tratamiento con TENS debe combinarse con fisioterapia activa.

Duración máxima: Limitada a tres sesiones. Si resulta eficaz, los pacientes pueden adquirir o recibir una unidad a domicilio.

 

Ultrasonidos (incluida la fonoforesis):

Los ultrasonidos, incluida la fonoforesis, emplean generadores sónicos para suministrar energía acústica con efectos terapéuticos térmicos y/o no térmicos en los tejidos blandos.

Se recomienda: Se aconseja para pacientes específicos en función de las indicaciones clínicas.

Indicaciones: Útil para tratar el tejido cicatricial, las adherencias, las fibras de colágeno, los espasmos musculares y la necesidad de alargar el tejido muscular o acelerar la cicatrización de los tejidos blandos. Cuando el ultrasonido se combina con la estimulación eléctrica, implica la administración simultánea de energía eléctrica con la colocación de electrodos dispersivos. Esta combinación se recomienda para afecciones como espasmos musculares, tejido cicatricial, modulación del dolor y facilitación muscular. La fonoforesis, que forma parte de este tratamiento, consiste en transferir medicamentos al tejido diana mediante generadores sónicos para controlar la inflamación y el dolor. Los medicamentos tópicos para este fin incluyen, entre otros, antiinflamatorios esteroideos y anestésicos.

Frecuencia: Típicamente se realiza tres veces por semana, requiriendo de seis a 15 sesiones para mostrar un efecto, con una duración máxima de ocho semanas según indicación clínica.

Duración óptima: Se aconseja de cuatro a ocho semanas.

Ir al contenido