Pautas de tratamiento médico del Estado de Nueva York para procedimientos terapéuticos: No Operativos en pacientes de compensación laboral

La Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo del Estado de Nueva York establece principios generales para orientar a los profesionales sanitarios en la realización de estudios diagnósticos. Estas directrices pretenden ayudar a los profesionales sanitarios a determinar los enfoques diagnósticos adecuados como parte integrante de una evaluación exhaustiva.

Los profesionales especializados en estudios de diagnóstico pueden contar con la orientación de la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo para tomar decisiones informadas sobre los métodos de diagnóstico más apropiados para sus pacientes.

Es fundamental subrayar que estas directrices no pretenden sustituir el juicio clínico ni la experiencia profesional. La decisión final sobre los estudios diagnósticos debe implicar la colaboración entre el paciente y su profesional sanitario.

Procedimientos terapéuticos: No quirúrgicos

Antes de iniciar cualquier procedimiento terapéutico, es crucial que el proveedor de tratamiento autorizado, el empleador y la aseguradora consideren detenidamente estos aspectos clave en la atención del paciente. En primer lugar, lo ideal sería que las personas sometidas a procedimientos terapéuticos pudieran reanudar sus tareas modificadas o restringidas en la fase más temprana posible de su rehabilitación.

En segundo lugar, si no hay una mejora significativa, tanto subjetiva como objetiva, en el estado del paciente, es esencial reevaluar o interrumpir las modalidades de tratamiento. Si los pacientes no muestran la respuesta esperada en los plazos recomendados, es aconsejable explorar opciones de tratamiento alternativas, realizar más estudios diagnósticos o acudir a consultas.

Por último, los proveedores deben proporcionar y documentar la educación del paciente. Un plan de tratamiento integral debe incluir el abordaje de cuestiones relacionadas con la educación individual y/o grupal del paciente, que sirva como medio para potenciar la autogestión de los síntomas.

Por último, en el caso de las personas que no muestren la mejoría prevista entre seis y doce semanas después de la lesión y cuyos síntomas declarados no coincidan con los signos observados y los resultados de las pruebas, deberá realizarse un nuevo examen para validar la exactitud del diagnóstico inicial. También puede considerarse la posibilidad de realizar una evaluación psicológica o psicosocial formal.

La terapia domiciliaria desempeña un papel crucial en el tratamiento, incorporando procedimientos terapéuticos activos y pasivos junto con otras modalidades para ayudar a mitigar el dolor, reducir la inflamación y tratar el tono muscular anormal. Los componentes enumerados están organizados alfabéticamente para facilitar su consulta.

 

Acupuntura

Sugerida – La acupuntura se recomienda para pacientes específicos en función de las necesidades clínicas. Está indicado para el dolor de espalda no agudo, sirviendo como terapia complementaria junto a tratamientos más eficaces. La acupuntura puede aconsejarse para una duración limitada, en consonancia con los objetivos claros y las metas funcionales que deben alcanzarse durante este tiempo.

No recomendada – No se recomienda el uso rutinario de la acupuntura en personas con dolor de espalda agudo o dolor radicular. Tampoco se recomienda para tratar la lumbalgia aguda, subaguda, radicular o postoperatoria.

Indicaciones – Considerando un uso limitado en el tiempo en casos de dolor de espalda no agudo sin patología grave subyacente, la acupuntura puede considerarse como complemento de un programa de acondicionamiento que incluya ejercicio aeróbico graduado y ejercicios de fortalecimiento. El uso de la acupuntura se recomienda únicamente para acelerar el aumento de los niveles de actividad funcional, manteniéndose el enfoque principal en el programa de acondicionamiento.

Este enfoque no es recomendable para las personas que no participan activamente en un programa de acondicionamiento o que no siguen el aumento gradual prescrito en los niveles de actividad.

Frecuencia/Duración:
a) Los estudios de calidad emplean diversos patrones, que van desde sesiones semanales a lo largo de un mes hasta 20 citas repartidas en 6 meses. Sin embargo, la norma suele ser de ocho a doce sesiones.
b) Parece razonable comenzar con una prueba de cinco a seis citas, junto con un programa de acondicionamiento que incluya ejercicios aeróbicos y de fortalecimiento.
c) Las citas posteriores deben estar vinculadas a mejoras en las medidas objetivas, que justifiquen seis sesiones adicionales, hasta un total de 12 sesiones.

Discontinuación:
Esta intervención debe interrumpirse cuando se resuelva el problema, si el paciente la considera intolerable o en caso de incumplimiento, lo que incluye no seguir los ejercicios aeróbicos y de fortalecimiento prescritos.

 

Electrodomésticos

Plantillas y alzas para calzado – Se aconseja utilizarlas para tratar el dolor de espalda agudo o no agudo o el síndrome de dolor radicular cuando hay una diferencia significativa en la longitud de las piernas. Sin embargo, no se recomienda cuando no hay una diferencia significativa en la longitud de las piernas.

Kinesiotaping, vendaje o flejado – No se recomienda.

Soportes lumbares – Recomendados para pacientes específicos en función de las necesidades clínicas. Los soportes lumbares pueden ser beneficiosos para tratar afecciones como la espondilolistesis, la inestabilidad documentada o la recuperación postoperatoria. Sin embargo, no se recomiendan para prevenir o tratar otros problemas de dolor de espalda.

Imanes – No recomendado.

Colchones, camas de agua y superficies para dormir:
i) Se recomienda que los pacientes elijan colchones, almohadas, ropa de cama u otras opciones para dormir que les resulten más cómodas.
ii) No hay ninguna recomendación específica sobre los colchones, salvo que los proveedores deben ser conscientes de que indicar a los pacientes que duerman en colchones firmes o en el suelo puede ser incorrecto.
iii) No existen pruebas de alta calidad para orientar las recomendaciones relativas a otras superficies óptimas para dormir, como la ropa de cama, las camas de agua y las hamacas.

 

Reposo en cama

Aconsejado – Se recomienda en caso de fracturas inestables de la columna vertebral o cauda equina. En situaciones en las que no hay pruebas concluyentes procedentes de estudios de calidad sobre el papel del reposo en cama en el tratamiento de fracturas vertebrales inestables o síndrome de cauda equina, existe consenso en que estos casos requieren reposo en cama o limitaciones significativas de la actividad para prevenir acontecimientos adversos. Aunque el reposo en cama no tiene beneficios demostrados, los peligros potenciales de la movilización en este contexto se consideran catastróficos, por lo que este enfoque terapéutico es una estrategia recomendada.

No recomendado – No se recomienda para tratar el dolor de espalda agudo o no agudo, los síndromes de dolor radicular (incluida la ciática) u otros problemas relacionados con el dolor de espalda como la espondilolistesis, la espondilolisis, la estenosis espinal, el dolor relacionado con las facetas o el dolor asociado a la articulación sacroilíaca. La razón es que no hay pruebas de calidad que demuestren la eficacia del reposo en cama para tratar estas afecciones, y existe la probabilidad de que se produzcan efectos adversos. A pesar de ser un enfoque no invasivo, el reposo en cama carece de beneficios documentados y se prevé que esté relacionado con una mayor morbilidad.

 

Biofeedback

Sugerido – Se recomienda para individuos específicos que experimentan dolor de espalda no agudo, como parte de un enfoque interdisciplinario integral. Para obtener recomendaciones más detalladas, consulte las directrices de tratamiento médico del dolor no agudo de Nueva York.

No recomendado – No se recomienda para pacientes con dolor de espalda agudo. Se sugiere que otros tratamientos de eficacia probada, respaldados por pruebas de calidad, serían más adecuados en estos casos.

 

Terapias eléctricas

Terapia interferencial: no se recomienda para tratar el dolor de espalda agudo o no agudo, los síndromes de dolor radicular no agudo u otras afecciones relacionadas con la espalda.

Neuroestimulación eléctrica transcutánea (TENS): se recomienda su uso específico en el tratamiento de la lumbalgia crónica o el síndrome de dolor radicular crónico, como complemento de segunda línea de otros tratamientos de primera línea. La aplicación y el uso correctos deben enseñarse en al menos una sesión de instrucción. Las indicaciones incluyen el tratamiento del espasmo muscular, la atrofia y el control del dolor concurrente en la consulta. Los parámetros mínimos de las unidades TENS deben abarcar la frecuencia del pulso, la anchura del pulso y la modulación de la amplitud. Es necesario documentar una mejora funcional constante y mensurable, y determinar la probabilidad de cronicidad antes de proporcionar una unidad domiciliaria. El tratamiento con TENS debe utilizarse junto con fisioterapia activa. La frecuencia es variable, con un efecto inmediato, y la duración óptima es de tres sesiones. La duración máxima es de tres sesiones y, si resulta eficaz, puede adquirirse o proporcionarse una unidad a domicilio.

Estimulación nerviosa eléctrica percutánea (ENP): no se recomienda para el dolor de espalda agudo o subagudo ni para los síndromes de dolor radicular.

Estimulación Eléctrica Microcorriente – No recomendada para pacientes con dolor de espalda agudo o no agudo o síndromes de dolor radicular.

Bloqueo Nervioso Eléctrico – No recomendado.

Estimulación eléctrica (aplicada por el médico o el terapeuta): se recomienda como componente de un plan de tratamiento integral. La frecuencia es de dos a tres veces por semana durante un máximo de dos meses. Sin embargo, no se aconseja utilizar la estimulación eléctrica, al igual que otras modalidades pasivas, como tratamiento independiente.

Neuroestimulador transcutáneo (TCNS) – No se recomienda.

Estimulación de ondas – No se recomienda para tratar el dolor de espalda agudo o no agudo ni los síndromes de dolor radicular.

Galvánico de alto voltaje – No recomendado para el tratamiento del dolor de espalda agudo o no agudo, síndromes de dolor radicular u otras afecciones relacionadas con la espalda.

Iontoforesis – No se recomienda para el tratamiento de lumbalgias agudas, subagudas o crónicas, síndromes de dolor radicular u otras afecciones relacionadas con la espalda.

 

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