Las directrices proporcionadas por la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo del Estado de Nueva York ofrecen principios fundamentales para abordar el dolor no agudo. Estas directrices están diseñadas para ayudar a los profesionales sanitarios a identificar los enfoques adecuados para tratar el dolor no agudo en el contexto de una atención integral.
Los profesionales sanitarios con experiencia en el tratamiento del dolor no agudo pueden confiar en las orientaciones esbozadas por la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo para tomar decisiones bien informadas sobre los métodos terapéuticos más adecuados para sus pacientes.
Es fundamental subrayar que estos principios no pretenden sustituir al juicio clínico ni a la experiencia profesional. El tratamiento del dolor no agudo debe implicar la colaboración entre el profesional sanitario y el paciente, teniendo en cuenta factores y preferencias individuales.
Definición
- El dolor, definido por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, se refiere a una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a menudo a un daño tisular real o potencial. El dolor agudo suele ser consecuencia de un acontecimiento concreto, como un traumatismo o una intervención quirúrgica, y cumple una función protectora. A medida que el dolor persiste, los factores biopsicosociales adquieren mayor relevancia.
- El dolor no agudo, un fenómeno biopsicosocial, se produce cuando el dolor perdura más allá del periodo de curación previsto, lo que provoca limitaciones funcionales. Se considera un diagnóstico de dolor no agudo cuando el dolor persiste a pesar del tratamiento, se prolonga más allá del tiempo de recuperación previsto o causa un deterioro funcional significativo.
Introducción
- El enfoque biomédico tradicional del dolor se centra únicamente en los factores biológicos, asumiendo una relación directa entre la fisiopatología y los síntomas. Aunque es eficaz para determinadas afecciones, a menudo se queda corta en el tratamiento del dolor persistente. En cambio, el modelo biopsicosocial reconoce el dolor como una interacción polifacética de elementos biológicos, psicológicos y sociales, y hace hincapié en la atención centrada en el paciente y la evaluación holística. Este enfoque reconoce que el dolor es el resultado de una combinación de procesos fisiológicos, factores psicológicos, creencias culturales e influencias ambientales.