Fracturas del antepié y del mediopié

Pautas de tratamiento médico del estado de Nueva York para fracturas en el antepié y el mediopié en pacientes de compensación laboral

Las directrices establecidas por la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo del Estado de Nueva York están diseñadas para ayudar a los médicos, podólogos y profesionales sanitarios a ofrecer un tratamiento adecuado para las fracturas del antepié y el mediopié. Sirven como recurso para ayudar a los profesionales sanitarios a tomar decisiones informadas sobre el nivel óptimo de atención a las personas con trastornos de tobillo y pie.

Es fundamental señalar que estas directrices no sustituyen al juicio clínico ni a la experiencia profesional. La decisión final sobre el tratamiento debe ser fruto de la colaboración entre el paciente y su profesional sanitario.

Estudios diagnósticos para fracturas de antepié y mediopié en pacientes de compensación de trabajadores

Estudios de diagnóstico de fracturas del antepié y el mediopié en pacientes con indemnización por accidentes de trabajo para Se recomiendan las radiografías como investigación primaria para posibles fracturas del mediopié o el antepié. Indicaciones: Examinar el antepié o el mediopié en busca de fracturas.

Justificación de la recomendación: Las radiografías pueden detectar fracturas, determinar la dirección del plano o planos de fractura y evaluar el grado de afectación de las articulaciones interfalángica y metatarsofalángica. Si las fracturas son significativas, pueden influir en el enfoque del tratamiento, favoreciendo potencialmente la intervención quirúrgica (véase más adelante). En los casos de radiografías negativas, la continuación de la sospecha clínica con radiografías adicionales alrededor de los siete días puede revelar reabsorción en la línea de fractura.

La RM para sospecha de fracturas agudas de antepié y mediopié se recomienda para sospecha oculta y fracturas por estrés en pacientes específicos. Indicaciones: Normalmente se utiliza cuando hay sospecha de una afección no detectada o de una fractura por estrés, aunque algunos consideran que la TC es superior para el antepié o el mediopié.

Fundamento de la recomendación: La RM no debe ser la elección diagnóstica inicial. Sin embargo, puede ser una herramienta crucial para analizar posibles lesiones del navicular y de la articulación tarsometatarsiana (lesión de Lisfranc) y para la detección precoz de posibles fracturas por estrés. La IRM también se utiliza para evaluar la necrosis avascular y las posibles fracturas ocultas.

Se recomienda la gammagrafía ósea para las fracturas del antepié y el mediopié, normalmente cuando se sospecha una afección no detectada o una fractura por estrés, aunque algunos consideran que la TC es superior para el antepié o el mediopié. Indicaciones: Suele emplearse cuando existe la posibilidad de fracturas ocultas en los huesos tarsiano y metatarsiano.

Justificación de la recomendación: En la mayoría de los pacientes con fracturas de antepié y mediopié, las gammagrafías óseas suelen ser innecesarias. Sin embargo, en los casos en los que existe una alta sospecha clínica a pesar de los hallazgos negativos en la radiografía o el TAC, puede estar justificada la realización de una gammagrafía ósea.

 

Imágenes por TC

La TC para el diagnóstico y la clasificación de las fracturas del antepié y el mediopié se recomienda para un número limitado de individuos con fracturas del antepié y el mediopié.

Indicaciones: Se utiliza para mejorar la comprensión del desplazamiento de la fractura, la afectación articular y la subluxación en casos de fracturas de los huesos tarsiano y metatarsiano que presentan múltiples fragmentos. El TAC sirve como herramienta de diagnóstico complementaria tras las radiografías.

Justificación de la recomendación: La TC no suele ser la opción diagnóstica primaria. Sin embargo, en casos específicos en los que se requiere más claridad sobre la subluxación, la afectación articular y el desplazamiento de la fractura en individuos con articulaciones afectadas, la TC puede considerarse un método diagnóstico valioso.

 

Medicamentos para las fracturas del antepié y el mediopié

Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y paracetamol

El ibuprofeno, el naproxeno u otros AINE de una generación anterior se recomiendan como tratamientos primarios para la mayoría de los pacientes. Los AINE se consideran una opción preferible al paracetamol, aunque las pruebas sugieren que éste es sólo marginalmente menos eficaz.

Existen pruebas que apoyan la eficacia de los AINE, como el tramadol, para aliviar el dolor sin causar alteraciones.

Antiinflamatorios no esteroideos (AINE ) para el tratamiento del dolor en fracturas metatarsales o falángicas Los AINE están recomendados para el tratamiento del dolor agudo, subagudo, crónico o postoperatorio asociado a fracturas metatarsales o falángicas.

Indicaciones: Los AINE se aconsejan para el tratamiento del dolor en casos de fracturas agudas, subagudas, crónicas o postoperatorias de falanges o metatarsos. Se recomienda el uso inicial de medicamentos de venta libre para evaluar su eficacia.

Frecuencia/Duración: Los pacientes pueden considerar razonable utilizar AINE según sea necesario.

Indicaciones de interrupción: Los criterios de interrupción incluyen la resolución de las molestias en el tobillo/pie, la ineficacia o la aparición de efectos secundarios que requieran la interrupción.

AINE para pacientes con alto riesgo de hemorragia gastrointestinal
Los AINE para pacientes con alto riesgo de hemorragia gastrointestinal se recomiendan junto con bloqueantes de los receptores de histamina tipo 2, inhibidores de la bomba de protones, misoprostol, sucralfato y otros medicamentos citoprotectores.

Indicaciones: Los citoprotectores deben considerarse en pacientes con un perfil de factores de riesgo elevado que requieran AINE, en particular si se prevé un tratamiento prolongado. Las personas con antecedentes de hemorragia gastrointestinal, los ancianos, los diabéticos y los fumadores corren un mayor riesgo.

Frecuencia/dosis/duración: Los inhibidores de la bomba de protones, el misoprostol, el sucralfato y los bloqueadores H2 se recomiendan con dosis y frecuencias según las directrices del fabricante. En general, no hay diferencias sustanciales en la eficacia para prevenir las hemorragias gastrointestinales.

Indicaciones de interrupción: Los criterios de interrupción incluyen la intolerancia, la aparición de efectos desfavorables o la decisión de dejar de utilizar AINE.

 

AINE para pacientes con riesgo de efectos adversos cardiovasculares

Para las personas con riesgo de efectos adversos cardiovasculares, las opciones de tratamiento de primera línea recomendadas son el paracetamol o la aspirina, que parecen ser más seguras en cuanto a efectos secundarios cardiovasculares. Los AINE no selectivos se sugieren como una alternativa a los fármacos específicos de la COX-2 cuando es necesario.

Cuando se toman dosis bajas de aspirina para la prevención primaria o secundaria de enfermedades cardiovasculares, se aconseja tomar un AINE al menos 30 minutos después u ocho horas antes de la aspirina. Esta precaución ayuda a minimizar la probabilidad de que el AINE contrarreste los efectos protectores de la aspirina.

Paracetamol para el tratamiento del dolor agudo, subagudo o crónico por fractura de falange o metatarso

El paracetamol se recomienda para el tratamiento del dolor intenso, leve o persistente, específicamente en pacientes con dolor relacionado con fracturas falángicas o metatarsianas y contraindicaciones para los AINE.

Indicaciones: Dolor agudo, subagudo y crónico de pie/tobillo en todos los individuos, incluidos aquellos con dolor crónico y postoperatorio.

Dosis/Frecuencia: Seguir las recomendaciones del fabricante; utilizar según sea necesario. La toxicidad hepática es evidente en dosis superiores a cuatro gramos al día.

Indicaciones de suspensión: Interrumpir en caso de desplazamiento de fractura o luxación articular superior a 2 mm.

Tratamientos para fracturas de antepié y mediopié

Cuidados no quirúrgicos de la lesión tarso-metatarsiana no desplazada (Lisfranc)

Es aconsejable que determinadas personas se sometan a un tratamiento no quirúrgico de la lesión tarso-metatarsiana no desplazada (Lisfranc).

Condiciones: Cuando la fractura/luxación articular es inferior a 2 mm.

Tratamiento: Utilización de una escayola sin carga de peso durante seis semanas.

 

Tratamiento quirúrgico de la lesión tarso-metatarsiana desplazada (Lisfranc)

Para los casos inestables de lesión tarso-metatarsiana, se recomienda el tratamiento quirúrgico.

Indicaciones: En casos de luxación articular superior a 2 mm y desplazamiento articular por fractura.

Procedimiento: El proceso de recuperación puede iniciarse con terapia, que dura de cuatro a cinco meses, seguida de la retirada de los herrajes antes de emprender actividades plenas.

Fundamento de la recomendación: La terapia sirve como fase inicial en el proceso de recuperación, persistiendo durante un período considerable, con la retirada del hardware que precede a la actividad completa. Respaldado por pruebas sobre el tratamiento de lesiones de Lisfranc.

 

Abordaje no quirúrgico de las fracturas metatarsianas no desplazadas

La estrategia preferida para las fracturas metatarsianas no desplazadas consiste en un tratamiento no quirúrgico.

Indicaciones: Aplicable a fracturas de fuste que presenten una angulación dorsal inferior a 10 grados, sin desplazamiento o con un desplazamiento de hasta 3 a 4 mm tanto dorsal como plantar.

 

Tratamiento quirúrgico de las fracturas desplazadas de la fosa metatarsiana

Para las fracturas de la diáfisis metatarsiana que presentan desalineación, se recomienda un abordaje quirúrgico.

Indicaciones: En casos de fractura de varios metatarsianos, unida a una fractura del eje cerca de la cabeza metatarsiana que conduce a la luxación.

Procedimiento: Fijación interna con tornillos, placas o clavos percutáneos, acompañada de cuatro a seis semanas sin soportar peso, seguidas de soporte gradual de peso durante las cuatro a seis semanas siguientes utilizando un yeso para caminar o zapato/bota para fracturas. Se puede empezar a soportar todo el peso con calzado de suela rígida una vez que las pruebas radiográficas confirmen la unión.

Fundamento de la recomendación: La inmovilización o fijación óptima se determina en función de los hallazgos físicos y radiográficos.

 

Tratamiento no quirúrgico de las fracturas del quinto metatarsiano proximal (incluidas las articulaciones y la avulsión)

Se recomienda un abordaje no quirúrgico para casos específicos de fracturas proximales del quinto metatarsiano.

Indicaciones: Fracturas no desplazadas, un escalón de 1 a 2 mm en la superficie articular, o menos del 30% de afectación de la superficie articular con un cuboides; avulsión de la tuberosidad; fractura de Jones. La preferencia del paciente/proveedor puede influir en la decisión.

Procedimiento: Tratamiento conservador, como no soportar peso durante una a seis semanas. En el caso de las fracturas de Jones, se recomienda la inmovilización en una escayola de pierna corta sin carga de peso durante una a seis semanas, seguida de la transición a una escayola para caminar o un zapato de suela dura hasta que se confirme la unión.

 

Cuidados quirúrgicos de las fracturas de la quinta vara metatarsiana desplazada (Jones, avulsión)

Se recomienda un tratamiento quirúrgico selectivo para determinados pacientes con fracturas del eje del quinto metatarsiano desplazadas, incluidas las fracturas de Jones o las lesiones por avulsión.

Indicaciones: Avulsión de la tuberosidad con un escalón en la superficie articular desplazado más de 1 a 2 mm, o más del 30% de afectación de la superficie articular con el cuboides; fractura de Jones. Las preferencias del paciente o del proveedor también pueden influir en el proceso de toma de decisiones.

Manejo: Apoyado por la evidencia relativa al manejo de las lesiones del quinto metatarsiano proximal.

Justificación de las recomendaciones: El enfoque óptimo de inmovilización o fijación se determina en función de los hallazgos físicos y radiográficos.

 

Inmovilización para fracturas de falange distal, media o proximal

Se recomienda la inmovilización en determinados pacientes con fracturas de falange distal, media o proximal.

Indicaciones: En los casos en los que esté afectado menos del 25% de la superficie articular y la fractura sea cerrada, no desplazada o estable tras la reducción.

Tratamiento: Reducción cerrada tras bloqueo digital o hematoma, obtención de una placa post-reducción, repetida al cabo de una y seis semanas, y entablillado del dedo con buddy taping al dedo adyacente hasta que no duela (durante tres o cuatro semanas), excluyendo el hallux. Puede considerarse una inmovilización adicional con un zapato postoperatorio o una bota de yeso.

 

Cuidados quirúrgicos de las fracturas de falange distal, media o proximal

Se recomienda el tratamiento quirúrgico para determinados pacientes con fracturas de falange distal, media o proximal.

Indicaciones: Especialmente aplicable a fracturas desplazadas del dedo gordo del pie que eran difíciles de reducir y no se podían sujetar adecuadamente con una férula de esparadrapo.

Justificación de las recomendaciones: De ahí que la estrategia de inmovilización o fijación venga determinada tanto por los hallazgos radiológicos como por los físicos, normalmente en el contexto de fracturas múltiples o fracturas desplazadas del dedo gordo.

 

Abordaje no quirúrgico de las fracturas por estrés en la extremidad inferior

Para las fracturas por estrés de las extremidades inferiores de bajo riesgo, se recomienda un enfoque de tratamiento no quirúrgico.

Indicaciones: Aplicable a fracturas por estrés no desplazadas.

Tratamiento: Las medidas conservadoras se emplean inicialmente para todas las fracturas por estrés no desplazadas.

 

Cuidados quirúrgicos de las fracturas por estrés de las extremidades inferiores

Se recomienda el tratamiento quirúrgico para las fracturas por estrés de las extremidades inferiores desplazadas o que no responden, incluidas las fracturas por estrés del navicular, que no muestran mejoría con el tratamiento no quirúrgico.

Justificación de las recomendaciones: En la mayoría de los casos, las fracturas por estrés responden bien a la limitación de la actividad, por lo que se aconseja restringirla. Sin embargo, en el caso de las fracturas por estrés que no responden o presentan desplazamiento, el tratamiento eficaz puede implicar una intervención quirúrgica. En determinadas situaciones, los profesionales sanitarios pueden optar por un tratamiento no quirúrgico, sobre todo en el caso de fracturas con desplazamiento leve.

 

Lo que nuestra oficina puede hacer si tiene fracturas en el antepié y el mediopié como resultado de una lesión de compensación laboral

Poseemos la experiencia para ayudarle con sus lesiones de compensación de trabajadores. Comprendemos los retos a los que se enfrenta y nos comprometemos a atender sus necesidades médicas respetando las directrices establecidas por la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo del Estado de Nueva York.

Reconociendo la importancia de sus casos de compensación de trabajadores, estamos aquí para guiarle a través de las complejidades de tratar con la compañía de seguros de compensación de trabajadores y su empleador.

Somos conscientes de que este periodo puede ser estresante para usted y su familia. Si desea concertar una cita, póngase en contacto con nosotros y haremos todo lo posible para que el proceso le resulte lo más cómodo posible.

 

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