Pautas de tratamiento médico del Estado de Nueva York para la osteoartrosis de cadera en pacientes con indemnización laboral

Las directrices establecidas por la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo del Estado de Nueva York están diseñadas para ayudar a los profesionales sanitarios a evaluar la osteoartrosis de cadera. Estas directrices pretenden ayudar a los médicos y profesionales sanitarios a determinar el tratamiento adecuado para esta enfermedad.

Los profesionales sanitarios especializados en osteoartrosis de cadera pueden utilizar la orientación proporcionada por la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo para tomar decisiones bien informadas sobre el nivel de atención más adecuado para sus pacientes.

Es fundamental subrayar que estas directrices no pretenden sustituir al juicio clínico ni a la experiencia profesional. La decisión final sobre la atención sanitaria debe ser fruto de la colaboración entre el paciente y su profesional sanitario.

Términos relacionados

– Artritis
– Artrosis
– Artritis degenerativa
– Artrosis degenerativa
– Enfermedad articular degenerativa
– Artritis no inflamatoria
– Osteoartritis
Osteoartrosis

 

La causa principal de la enfermedad articular degenerativa (EAD) de la cadera suele ser la osteoartritis (OA).

Aunque osteoartritis es el término más utilizado para designar esta afección, osteoartrosis se considera más preciso desde el punto de vista técnico, ya que significa ausencia de inflamación clásica.

La osteoartritis (OA) puede aparecer en una sola articulación tras una lesión traumática importante, como una fractura, y en estos casos su aparición suele retrasarse muchos años.

La evolución típica de la artrosis de cadera (OA) conlleva una destrucción articular importante causada por diversos factores, que pueden ser difíciles de distinguir en una radiografía.

Por lo tanto, la interpretación correcta de los hallazgos que coinciden con una posible osteoartritis en una radiografía suele ser enfermedad articular degenerativa, en lugar de osteoartrosis.

 

Estudios diagnósticos

 

Anticuerpos para ayudar a diagnosticar el dolor de cadera, incluida la diferenciación de los trastornos reumáticos inflamatorios de la osteoartrosis de cadera

El uso de anticuerpos para ayudar a diagnosticar el dolor de cadera, incluida la distinción entre trastornos reumáticos inflamatorios y osteoartrosis de cadera, se recomienda en determinados pacientes con dolor de cadera agudo, subagudo, crónico o postoperatorio. Esto es especialmente aplicable a las personas con artropatías sistémicas o neuropatías periféricas no diagnosticadas, o con evaluaciones incompletas. Cuando se realizan pruebas diagnósticas, suele ser aconsejable incluir la velocidad de sedimentación. También pueden considerarse pruebas adicionales, como el factor reumatoide, el nivel de anticuerpos antinucleares y otras.

El fundamento de la utilización de anticuerpos radica en su eficacia para confirmar artritis inflamatorias en situaciones específicas. Por lo tanto, se recomiendan a las personas que presenten síntomas que sugieran posibles trastornos reumatoides. Las pruebas que apoyan el empleo de anticuerpos en el diagnóstico del dolor de cadera son sustanciales.

 

Proteína C reactiva para ayudar a diagnosticar el dolor de cadera, incluida la diferenciación de los trastornos reumáticos inflamatorios de la osteoartrosis de cadera

Del mismo modo, la proteína C reactiva (PCR) se recomienda para diagnosticar el dolor de cadera, ayudando a distinguir entre trastornos reumáticos inflamatorios y osteoartrosis de cadera, especialmente en pacientes seleccionados con dolor de cadera agudo, subagudo, crónico o postoperatorio. Sirve como indicador inflamatorio inespecífico y es especialmente útil en pacientes no diagnosticados con artropatías sistémicas o neuropatías periféricas, o en aquellos con evaluaciones incompletas. En las pruebas diagnósticas suele ser aconsejable incluir la velocidad de sedimentación, que también es inespecífica. También pueden considerarse pruebas adicionales como el factor reumatoide y el nivel de anticuerpos antinucleares.

La justificación del uso de la PCR se alinea con su papel como indicador inespecífico útil, especialmente para confirmar artritis inflamatorias en determinadas circunstancias. Por ello, se recomienda a las personas que presenten síntomas que sugieran posibles trastornos reumatoides. Las pruebas que apoyan el uso de la proteína C reactiva en el diagnóstico del dolor de cadera están bien establecidas.

 

Velocidad de sedimentación globular para ayudar a diagnosticar el dolor de cadera, incluida la diferenciación de los trastornos reumáticos inflamatorios de la osteoartrosis de cadera

La utilización de la velocidad de eritrosedimentación (VSG) como ayuda en el diagnóstico del dolor de cadera, distinguiendo entre trastornos reumáticos inflamatorios y osteoartrosis de cadera, se recomienda para pacientes específicos con dolor de cadera agudo, subagudo, crónico o postoperatorio. Sirve como indicador inespecífico de la inflamación, especialmente beneficioso para personas no diagnosticadas con artropatías sistémicas o neuropatías periféricas, o sometidas a evaluaciones incompletas. Cuando se realizan pruebas diagnósticas, generalmente se aconseja incluir la velocidad de sedimentación, junto con posibles pruebas adicionales como el factor reumatoide, el nivel de anticuerpos antinucleares y otras. El fundamento de esta recomendación radica en la eficacia de los paneles reumatoides para confirmar las artritis inflamatorias en situaciones específicas, lo que los convierte en una herramienta valiosa para quienes presentan síntomas sugestivos de posibles trastornos reumatoides.

 

Otros marcadores inflamatorios no específicos para ayudar a diagnosticar el dolor de cadera, incluida la diferenciación de los trastornos reumáticos inflamatorios de la osteoartrosis de cadera

Del mismo modo, se recomiendan otros marcadores inflamatorios inespecíficos para ayudar a diagnosticar diversas formas de dolor de cadera, incluidos los casos agudos, subagudos, crónicos y postoperatorios. Esto es especialmente relevante para los pacientes no diagnosticados con artropatías sistémicas o neuropatías periféricas, o aquellos con evaluaciones incompletas. Por lo general, se aconsejan pruebas diagnósticas, incluida la velocidad de sedimentación y, potencialmente, otras pruebas como el factor reumatoide, el nivel de anticuerpos antinucleares y otras. La lógica es similar a la de la VSG, ya que los paneles reumatoides son útiles para confirmar artritis inflamatorias en circunstancias específicas. Las pruebas que apoyan el uso de estos marcadores inflamatorios inespecíficos en el diagnóstico del dolor de cadera están bien establecidas.

Las pruebas que respaldan el uso de anticuerpos, proteína C reactiva (PCR), velocidad de eritrosedimentación (VSG) y otros marcadores inflamatorios inespecíficos en el diagnóstico del dolor de cadera son sólidas y refuerzan su eficacia en diversos escenarios.

 

Exámenes artroscópicos para trastornos de cadera:

Las exploraciones artroscópicas se han utilizado principalmente para los trastornos tratables de la cadera y para diagnosticar la artrosis de cadera. Sin embargo, no se recomienda como único método para diagnosticar la artrosis de cadera. El fundamento de esta recomendación es que el diagnóstico de la artrosis de cadera suele ser sencillo y no requiere ni se beneficia de la artroscopia. Por lo tanto, no se sugiere la artroscopia como procedimiento diagnóstico rutinario. Las pruebas que apoyan el uso de la exploración artroscópica para diagnosticar la artrosis de cadera se analizan con más detalle.

 

Exploración ósea para el diagnóstico del dolor de cadera

La gammagrafía ósea se recomienda en determinados pacientes con dolor de cadera agudo, subagudo o crónico para ayudar a diagnosticar afecciones como osteonecrosis, neoplasias u otras situaciones con aumento del metabolismo óseo polistótico. Esto es especialmente relevante en pacientes con sospecha de metástasis, tumores óseos primarios, hueso infectado (osteomielitis), artropatías inflamatorias o traumatismos (por ejemplo, fracturas ocultas). Las indicaciones de la gammagrafía ósea incluyen a los pacientes con dolor de cadera y sospecha de osteonecrosis, metástasis, tumores óseos primarios, hueso infectado (osteomielitis), artropatías inflamatorias o traumatismos (por ejemplo, fracturas ocultas). La frecuencia, la dosis y la duración suelen implicar una única evaluación, indicándose una segunda sólo si se produce un cambio significativo de los síntomas después de más de tres meses.

La justificación para recomendar la gammagrafía ósea radica en su potencial como prueba diagnóstica útil para evaluar la sospecha de metástasis, tumores óseos primarios, hueso infectado (osteomielitis), artropatías inflamatorias o traumatismos (por ejemplo, fracturas ocultas). En general, no está indicada para evaluar la artrosis de cadera, pero puede ser beneficiosa en casos de sospecha de necrosis avascular (NVA) precoz sin cambios radiográficos. Sin embargo, en los casos en los que el diagnóstico es seguro, la gammagrafía ósea no está indicada, ya que no altera el tratamiento ni la gestión.

 

Tomografía computerizada para el diagnóstico de la osteoartritis de cadera

La tomografía computarizada no se recomienda para el diagnóstico rutinario de la artrosis de cadera (OA).

 

Tomografía computarizada para luxaciones post-artroplastia

Se recomienda la tomografía computarizada para evaluar las luxaciones recurrentes o crónicas post-artroplastia. Entre las indicaciones para su uso se incluyen los casos de luxaciones recurrentes tras una artroplastia o cuando existen contraindicaciones para la RM. Los beneficios de esta evaluación residen en la obtención de imágenes para explicar las luxaciones y planificar el tratamiento.

Normalmente, basta con una evaluación y rara vez se necesita una segunda. La razón por la que se recomienda la tomografía computarizada es su superioridad sobre la RM en la obtención de imágenes de la mayoría de las anomalías de la cadera, especialmente las que afectan a estructuras calcificadas. La TC con contraste se recomienda específicamente para casos seleccionados de luxaciones recurrentes tras artroplastia, y las pruebas que apoyan su uso se discuten más adelante.

 

Tomografía computarizada helicoidal para la obtención de imágenes de estructuras óseas:

La tomografía computarizada (TC) helicoidal se recomienda en determinados pacientes con dolor de cadera agudo, subagudo o crónico cuando se considera que la obtención avanzada de imágenes de las estructuras óseas puede ser útil. También se recomienda para los pacientes que requieren imágenes avanzadas pero tienen contraindicaciones para la RM. Entre las indicaciones se incluyen las personas con dolor de cadera que necesitan imágenes avanzadas de la estructura ósea y aquellas con contraindicaciones para la RM (por ejemplo, hardware metálico ferroso implantado). Al igual que en el caso anterior, una evaluación suele ser suficiente y rara vez se necesita una segunda.

La justificación para recomendar la TC helicoidal se basa en su consideración histórica como superior a la RM para evaluar las fracturas subcondrales, aunque faltan estudios definitivos. Además, para los pacientes con contraindicaciones para la RM, como los que tienen implantados herrajes metálicos ferrosos pero precisan una evaluación de la necrosis avascular (NVA), se recomienda la TC helicoidal.

 

Inyecciones de anestesia local para el diagnóstico del dolor de cadera:

Las inyecciones de anestesia local se recomiendan para ayudar a diagnosticar la causa del dolor de cadera, sobre todo en casos de dolor de cadera moderado a intenso de origen incierto. La frecuencia, la dosis y la duración suelen ser de una sola inyección, y rara vez es necesaria una segunda evaluación. Las inyecciones intraarticulares de cadera con agentes anestésicos suelen considerarse más eficaces cuando se realizan con un glucocorticosteroide, ya que así se consiguen simultáneamente fines diagnósticos y terapéuticos. Aunque una simple inyección anestésica puede ser útil ocasionalmente en casos seleccionados, la justificación general hace hincapié en el valor diagnóstico de las inyecciones de anestésicos locales, respaldada por la ausencia de estudios de calidad que las evalúen específicamente para valorar el dolor de cadera.

 

Electromiografía para atrapamientos nerviosos periféricos:

La electromiografía, incluidos los estudios de conducción nerviosa, se recomienda en determinados pacientes para ayudar a diagnosticar atrapamientos nerviosos periféricos subagudos o crónicos, incluido el nervio cutáneo lateral del muslo (meralgia parestésica). Las indicaciones para esta prueba incluyen a pacientes con parestesias subagudas o crónicas, con o sin dolor, especialmente cuando el diagnóstico no está claro. En general, no se recomienda para síntomas que duren menos de tres semanas. La frecuencia, dosis y duración suelen implicar la obtención de los estudios en el momento de la presentación, indicándose una nueva evaluación si el diagnóstico sigue sin estar claro, los síntomas progresan o han pasado meses. La justificación del uso de la electromiografía es su capacidad para confirmar atrapamientos de nervios periféricos, como el nervio cutáneo lateral del muslo.

 

Resonancia magnética para problemas de la articulación de la cadera:

La resonancia magnética (RM) se considera la prueba de imagen de elección para los tejidos blandos y es el patrón oro para evaluar la osteonecrosis después de las radiografías. Sin embargo, no se recomienda para la evaluación rutinaria de la patología aguda, subaguda o crónica de la articulación de la cadera, incluida la enfermedad articular degenerativa. En cambio, se recomienda para patología selectiva de la articulación de la cadera, especialmente cuando los problemas afectan a los tejidos blandos o cuando los síntomas persisten durante más de tres meses. La justificación subraya que los hallazgos de RM compatibles con osteoartritis (OA) son especialmente útiles para detectar anomalías en los tejidos blandos. Aunque se sugiere la RM sin artrografía para la evaluación de la articulación (excluyendo el labrum), no se recomienda para la obtención rutinaria de imágenes de la cadera. La recomendación de la RM se centra en la patología selectiva de la articulación de la cadera, sobre todo cuando las preocupaciones giran en torno a la patología de los tejidos blandos.

 

Radiografías para el diagnóstico de la artrosis de cadera:

Las radiografías, comúnmente conocidas como rayos X, se recomiendan para ayudar a diagnosticar la artrosis de cadera (OA). Por lo general, están indicados para casi todos los pacientes que experimentan dolor de cadera y se cree que pueden padecer OA de cadera. La frecuencia, dosis y duración suelen implicar la obtención de radiografías una vez en la presentación inicial. El fundamento de esta recomendación radica en la eficacia de las radiografías para evaluar y diagnosticar la OA de cadera. La evidencia que apoya el uso de radiografías para el diagnóstico de la artrosis de cadera se discute más adelante.

 

Ecografía para el diagnóstico de la osteoartritis de cadera:

No se recomienda la ecografía para diagnosticar la artrosis de cadera (OA). La justificación de esta recomendación se basa en la falta de una indicación clara para el uso de la ecografía en la evaluación de la osteoartrosis. Las pruebas que apoyan el uso de la ecografía para diagnosticar la OA de cadera no son sustanciales.

 

Medicamentos

Medicamentos de primera línea para la OA de cadera:

Para la mayoría de los pacientes, el ibuprofeno, el naproxeno u otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE) de antigua generación se recomiendan como opción inicial de medicación. El paracetamol (o su análogo, el paracetamol) puede ser una alternativa razonable para quienes no son candidatos adecuados para los AINE, aunque las pruebas predominantes sugieren que el paracetamol es moderadamente menos eficaz. Existen pruebas dignas de mención que indican que los AINE son tan eficaces como los opiáceos (incluido el tramadol) para aliviar el dolor y, en general, son menos perjudiciales.

 

AINE para el tratamiento de la osteoartritis de cadera:

Los AINE se recomiendan para el tratamiento de la artrosis de cadera (OA) aguda, subaguda o crónica. En concreto, para la OA de cadera aguda, subaguda o crónica, los AINE son el tratamiento preferido, y en un principio deben probarse las opciones de venta libre (OTC). La frecuencia y la duración del tratamiento pueden adaptarse a las necesidades individuales, y se recomienda suspenderlo cuando desaparezca el dolor de la OA de cadera, no sea eficaz o aparezcan efectos adversos que obliguen a suspenderlo.

 

AINE para pacientes con alto riesgo de hemorragia gastrointestinal:

Para los pacientes con alto riesgo de hemorragia gastrointestinal, se recomienda el uso concomitante de clases de fármacos citoprotectores, como el misoprostol, el sucralfato, los bloqueantes de los receptores de histamina de tipo 2 y los inhibidores de la bomba de protones, cuando se utilicen AINE. Las indicaciones para esta recomendación incluyen a los pacientes con un perfil de factores de alto riesgo que también requieren AINE, especialmente para el tratamiento a largo plazo. Los pacientes de riesgo son los que tienen antecedentes de hemorragia gastrointestinal, los ancianos, los diabéticos y los fumadores. Se recomiendan los inhibidores de la bomba de protones, el misoprostol, el sucralfato y los bloqueadores H2, con dosis y frecuencia que se ajusten a las directrices del fabricante. En general, no se cree que existan diferencias sustanciales en la eficacia de estos agentes para prevenir las hemorragias gastrointestinales.

 

Acetaminofeno para el tratamiento del dolor de la osteoartritis de cadera:

El paracetamol se recomienda para el tratamiento del dolor de la artrosis de cadera (OA), especialmente en pacientes con contraindicaciones para los antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Las indicaciones abarcan a todos los pacientes que experimentan dolor por OA de cadera, independientemente de si es agudo, subagudo o crónico. La dosis y la frecuencia deben ajustarse a las recomendaciones del fabricante, y puede utilizarse en función de las necesidades. Se recomienda evitar sobrepasar los cuatro gramos al día debido a la evidencia de toxicidad hepática. La interrupción está justificada cuando desaparece el dolor, los efectos adversos o la intolerancia.

 

AINE tópicos para el tratamiento de la OA de cadera:

Los AINE tópicos se recomiendan para el tratamiento de la artrosis de cadera (OA) aguda, subaguda o crónica. Aunque en general se recomiendan los fármacos orales para la mayoría de los pacientes, los AINE tópicos constituyen una alternativa razonable para quienes presentan contraindicaciones para los AINE orales o intolerancia. La frecuencia, la dosis y la duración deben ajustarse a las recomendaciones del fabricante. Se aconseja interrumpir el tratamiento en caso de resolución del dolor, falta de eficacia o aparición de efectos adversos que obliguen a interrumpirlo.

 

Antidepresivos inhibidores de la norepinefrina:

Los antidepresivos inhibidores de la norepinefrina no se recomiendan para tratar el dolor asociado a la osteoartrosis de cadera.

 

Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS):

Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) no se recomiendan para el tratamiento del dolor asociado a la osteoartrosis de cadera.

 

Agentes anticonvulsivantes para la OA de cadera:

Los anticonvulsivantes no se recomiendan para pacientes con dolor de osteoartritis (OA) de cadera.

 

Gabapentina para el alivio del dolor perioperatorio:

La gabapentina se recomienda para el tratamiento del dolor perioperatorio y para reducir la necesidad de opiáceos tras una artroplastia total de cadera. Las indicaciones incluyen el uso perioperatorio, particularmente en procedimientos como la artroplastia. La frecuencia, dosis y duración se limitan al periodo perioperatorio inmediato, que suele durar unos pocos días. La interrupción del tratamiento está justificada cuando se haya completado el tratamiento, se haya producido una recuperación suficiente, se haya resuelto el dolor, se haya producido intolerancia o hayan aparecido efectos adversos.

 

Opiáceos para el dolor agudo, subagudo o crónico de cadera:

Los opiáceos no se recomiendan para el tratamiento del dolor de cadera agudo, subagudo o crónico.

 

Relajantes del músculo esquelético para el dolor de cadera:

Los relajantes musculares esqueléticos no se recomiendan para el tratamiento del dolor de cadera agudo y subagudo, de moderado a intenso.

 

Capsicum para el dolor agudo o subagudo de cadera:

El capsicum se recomienda para el tratamiento a corto plazo del dolor agudo o subagudo de cadera, así como para las exacerbaciones agudas del dolor crónico de cadera, actuando como contrairritante. Las indicaciones incluyen reagudizaciones temporales de dolor crónico de cadera o dolor agudo/subagudo de cadera. La frecuencia, dosis y duración de su uso en pacientes con dolor crónico se limitan a un periodo de reagudización aguda, que no suele durar más de dos semanas. Se recomienda precaución para evitar su aplicación cerca de los genitales. Se recomienda interrumpir el tratamiento cuando desaparezca el dolor, se haya completado el tratamiento, se produzca intolerancia o aparezcan otros efectos adversos.

 

Parches de lidocaína para el dolor de la osteoartritis de cadera:

Los parches de lidocaína no están recomendados para tratar el dolor de la artrosis de cadera (OA). No se aportan pruebas que respalden el uso de parches de lidocaína para este fin.

 

Mezcla eutéctica de anestésicos locales (EMLA) para el dolor de la osteoartritis de cadera:

La Mezcla Eutéctica de Anestésicos Locales (EMLA) no está recomendada para tratar el dolor de la artrosis de cadera (OA).

Sulfato de glucosamina, sulfato de condroitina y/o metilsulfonilmetano para la OA de cadera

El sulfato de glucosamina, el sulfato de condroitina y/o el metilsulfonilmetano no están recomendados para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera. No se aportan pruebas que respalden el uso de estas sustancias para el tratamiento de la OA de cadera.

 

Tratamientos complementarios o alternativos o suplementos dietéticos para la OA de cadera:

Los tratamientos complementarios o alternativos, así como los suplementos dietéticos, no se recomiendan para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera.

 

Tratamientos

Crioterapia para OA de Cadera, Artroplastia y Cirugía:

La crioterapia se recomienda para la artrosis de cadera (OA) aguda, subaguda o crónica, así como para pacientes sometidos a artroplastia y cirugía de cadera. La frecuencia sugerida implica aproximadamente de tres a cinco autoaplicaciones al día, según sea necesario. La interrupción está indicada tras la resolución de los síntomas, los efectos adversos o el incumplimiento.

 

Terapia con calor para la OA de cadera aguda, subaguda o crónica:

La terapia con calor se recomienda para la artrosis de cadera (OA) aguda, subaguda o crónica. Al igual que en la crioterapia, la frecuencia recomendada es de tres a cinco autoaplicaciones al día, según sea necesario. La interrupción está justificada tras la resolución de los síntomas, los efectos adversos o el incumplimiento.

 

Diatermia para la osteoartrosis o el dolor de cadera:

La diatermia no está recomendada para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera ni para pacientes con dolor de cadera agudo, subagudo o crónico.

 

Terapia de infrarrojos para la osteoartrosis o dolor de cadera:

La terapia de infrarrojos no se recomienda para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera ni para pacientes con dolor de cadera agudo, subagudo o crónico.

 

Tratamiento con ultrasonidos de la osteoartrosis o dolor de cadera:

El tratamiento con ultrasonidos no está recomendado para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera ni para pacientes con dolor de cadera agudo, subagudo o crónico.

 

Terapia con láser de baja intensidad para la osteoartrosis o el dolor de cadera:

La terapia con láser de baja intensidad no está recomendada para el tratamiento de la osteoartrosis ni para pacientes con dolor de cadera agudo, subagudo o crónico.

 

Autoaplicación de la terapia de calor para la osteoartrosis:

La autoaplicación de la terapia de calor se recomienda para el tratamiento de la osteoartrosis, en particular para las personas con osteoartritis (OA) de cadera y las que prefieren tratamientos no medicinales. Las indicaciones abarcan una amplia gama de pacientes que pueden beneficiarse de este enfoque.

La frecuencia, la dosis y la duración de las aplicaciones pueden variar, y pueden ser periódicas o continuas. Es importante que las aplicaciones se realicen a domicilio, ya que no existen pruebas que respalden la eficacia de los tratamientos térmicos realizados por proveedores. El énfasis, especialmente para los pacientes con dolor crónico, debe ponerse generalmente en los elementos del programa de restauración funcional, centrándose menos en los tratamientos pasivos. La suspensión está justificada en caso de intolerancia, aumento del dolor, aparición de quemaduras o cualquier otro efecto adverso.

 

Rehabilitación

La rehabilitación tras una lesión laboral debe orientarse a restablecer la capacidad funcional necesaria para las actividades cotidianas y laborales, con el objetivo último de devolver al paciente a su estado anterior a la lesión en la medida de lo posible. La atención debe centrarse en la terapia activa, en la que el paciente se esfuerza por completar ejercicios o tareas específicos. Aunque la terapia pasiva, que se basa en modalidades administradas por un terapeuta, puede desempeñar un papel a la hora de facilitar el progreso, debe darse prioridad a las intervenciones activas frente a las pasivas. Es esencial indicar al paciente que continúe con las terapias activas y pasivas en casa para mantener los niveles de mejora conseguidos. Los dispositivos de asistencia también pueden incorporarse al plan de rehabilitación como medida complementaria para facilitar las ganancias funcionales.

 

Ejercicios Terapéuticos – Fisioterapia / Terapia Ocupacional:

Los ejercicios de fortalecimiento se recomiendan para el tratamiento de la artrosis de cadera (OA) como parte de la fisioterapia o la terapia ocupacional. La frecuencia, la dosis y la duración de la terapia pueden variar en función de la gravedad de los déficits funcionales. El número total de visitas puede oscilar entre dos o tres para los pacientes con déficits leves y entre 12 y 15 para los que presentan déficits más graves, siempre que se documente una mejora funcional objetiva continuada. Si persisten los déficits, pueden estar indicadas más de 12 a 15 visitas, sobre todo si se documentan progresos hacia objetivos funcionales específicos (por ejemplo, amplitud de movimiento, aumento de la capacidad para realizar actividades laborales). Se debe desarrollar un programa de ejercicios en casa y realizarlo junto con la terapia como parte del plan general de rehabilitación.

 

Andador: Bastón / Muletas / Andador:

En determinados casos de dolor agudo moderado a intenso de cadera o ingle, así como de dolor subagudo y crónico de cadera o ingle, se recomienda el uso de ayudas para caminar, como bastones, muletas o andadores. Las indicaciones incluyen la osteoartritis crónica de cadera (OA) incapacitante, de moderada a grave, en la que los beneficios de una mayor movilidad superan los riesgos de una posible debilidad asociada al uso del dispositivo.

Los principales beneficios son la mejora de la movilidad y la distancia a pie. La interrupción está indicada tras la resolución de los síntomas (por ejemplo, recuperación postoperatoria). La justificación se basa en la posible utilidad de las muletas y los bastones durante las fases de recuperación y rehabilitación de las lesiones agudas, mientras que se recomienda precaución en el caso del dolor crónico de cadera, ya que las muletas pueden aumentar paradójicamente la discapacidad por debilidad. Por lo tanto, la decisión de utilizar o mantener el consejo de utilizar muletas o bastones debe sopesarse cuidadosamente frente a los riesgos potenciales.

 

Ortesis, plantillas y elevadores de calzado:

Se recomienda el uso de plantillas ortopédicas, plantillas para calzado y alzas para calzado en pacientes con una discrepancia significativa en la longitud de las piernas que contribuya al dolor de cadera. Las indicaciones incluyen una diferencia en la longitud de las piernas que suele ser de al menos 2 cm, con dolor de cadera u otro atributo adverso para la salud que se cree que está relacionado con las diferentes longitudes. La interrupción está justificada en caso de falta de eficacia. Estas intervenciones se sugieren para pacientes seleccionados con discrepancias significativas en la longitud de las piernas que se considera que producen o contribuyen a los síntomas.

 

Imanes y estimulación magnética:

Los imanes y la estimulación magnética no se recomiendan para el tratamiento de la osteoartrosis ni del dolor agudo, subagudo o crónico de cadera.

 

Masaje:

No se recomienda el masaje para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera.

 

Reflexología:

La reflexología no está recomendada para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera ni del dolor agudo, subagudo o crónico de cadera.

 

Terapias eléctricas:

Las terapias eléctricas, incluidas las terapias de estimulación eléctrica y la estimulación eléctrica transcutánea (TENS), no se recomiendan para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera o el dolor de cadera agudo, subagudo o crónico.

 

Acupuntura:

Se recomienda la acupuntura para pacientes seleccionados en el tratamiento de la osteoartrosis crónica de cadera, como complemento de tratamientos más eficaces. Las indicaciones incluyen osteoartrosis crónica de la cadera de moderada a grave, con tratamientos previos que incluyan AINE, pérdida de peso, ejercicio (incluido un programa graduado de marcha y ejercicios de fortalecimiento).

La frecuencia, dosis y duración recomendadas implican un curso limitado de seis citas con objetivos claros y alcanzables y metas funcionales. Las citas adicionales sólo deben considerarse si se observan beneficios funcionales documentados, ausencia de meseta en las medidas y probabilidad de obtener más beneficios. Las indicaciones para la interrupción incluyen la resolución, la intolerancia y el incumplimiento, incluido el incumplimiento de los ejercicios aeróbicos y de fortalecimiento.

 

Ejercicio preoperatorio:

Se recomienda el ejercicio preoperatorio para los pacientes que presenten signos de debilidad o marcha inestable, y se consideran razonables los componentes de flexibilidad para los que no presenten déficits fijos. Todos los pacientes de artroplastia pueden beneficiarse, especialmente aquellos con debilidad o marcha inestable, y los que necesitan un estímulo supervisado.

Las ventajas incluyen una mayor rapidez en la recuperación postoperatoria y la posibilidad de obtener mejores resultados a largo plazo. La frecuencia, dosis y duración recomendadas implican un curso preoperatorio, con dos o tres citas de seguimiento para la adherencia y la instrucción adicional de ejercicio necesaria para determinados pacientes.

Los déficits graves pueden requerir de dos a tres citas a la semana durante cuatro a seis semanas antes de la artroplastia, mientras que aquellos con déficits mínimos pueden beneficiarse de una única cita para enseñar elementos programáticos para un programa autodirigido. Las indicaciones para la interrupción incluyen la consecución de los objetivos del programa, la resolución de los déficits de fuerza o de marcha, la intolerancia o el incumplimiento.

 

Programa de ejercicio y/o rehabilitación postoperatoria:

Para los pacientes operados de artroplastia de cadera, se recomiendan programas postoperatorios de ejercicio y/o rehabilitación. La frecuencia, la dosis y la duración se basan principalmente en el progreso, con sesiones dos o tres veces por semana en régimen ambulatorio que se reducen gradualmente a medida que se instituyen los ejercicios en casa y avanza la recuperación del paciente. En los casos más graves, pueden ser necesarios tratamientos de hasta tres meses. Las indicaciones de interrupción incluyen la consecución de los objetivos, el logro de una meseta o el incumplimiento.

Programa de ejercicio postoperatorio tardío tras artroplastia o fractura de cadera:

Se recomienda un programa de ejercicio postoperatorio tardío para los pacientes que presenten indicios significativos de debilidad o marcha inestable, con indicaciones de déficits significativos continuos en la función, la marcha, la fuerza y el nivel de actividad más allá de los 3 meses postoperatorios. La interrupción está justificada en caso de falta de ganancia funcional progresiva.

 

Terapia de inyección

Inyecciones intraarticulares de glucocorticosteroides:

Las inyecciones intraarticulares de glucocorticosteroides se recomiendan para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera. Las indicaciones incluyen el dolor de la osteoartritis de cadera (OA) que permanece insatisfactoriamente controlado con AINE, paracetamol, pérdida de peso y ejercicio. La frecuencia, dosis y duración recomendadas implican la administración de una inyección y la evaluación de los resultados. Por lo general, se realiza una inyección, y puede considerarse la posibilidad de una segunda inyección si la mejoría es incompleta (aumento de la función y disminución del dolor).

 

Inyecciones intraarticulares de viscosuplementación de cadera:

Las inyecciones intraarticulares de viscosuplementación de cadera no se recomiendan para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera.

 

Inyecciones intraarticulares de plasma rico en plaquetas:

Las inyecciones intraarticulares de plasma rico en plaquetas no se recomiendan para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera.

 

Inyecciones de proloterapia:

Las inyecciones de proloterapia no se recomiendan para el tratamiento del dolor agudo, subagudo o crónico de cadera.

Inyecciones de botulina:

Las inyecciones de botulina no se recomiendan para la osteoartrosis de cadera u otros trastornos de la cadera.

Inyecciones intramusculares de sulfato de glucosamina:

No se recomiendan las inyecciones intramusculares de sulfato de glucosamina para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera.

 

Inyecciones intraarticulares de sulfato de glucosamina:

No se recomiendan las inyecciones intraarticulares de sulfato de glucosamina para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera.

 

Cirugía

Artroplastia de cadera:

La artroplastia de cadera se recomienda en caso de artritis grave, osteonecrosis con colapso, respuesta insuficiente al tratamiento no quirúrgico o displasia de cadera sustancialmente sintomática.

 

Osteotomía:

La osteotomía se recomienda para el tratamiento de la osteoartrosis de cadera en determinados pacientes. Las indicaciones incluyen anomalías significativas de alineación, displasia, osteonecrosis, no unión de fractura del cuello femoral, deslizamiento de la epífisis femoral capital y coxa vara. Este procedimiento se suele realizar en pacientes jóvenes con preferencia a la artroplastia, teniendo en cuenta la ausencia de otros tratamientos probados para muchas afecciones avanzadas. La evidencia apoya el uso de la osteotomía en estos casos.

 

Programa de rehabilitación y ejercicio postoperatorio:

Se recomiendan programas de ejercicio y rehabilitación postoperatorios para los pacientes operados de artroplastia de cadera.

 

Dispositivos de asistencia postoperatoria (andadores, equipos de adaptación a las AVD):

Tras una artroplastia de cadera, se recomienda el uso de dispositivos de asistencia postoperatoria, como andadores y equipos de adaptación para las actividades de la vida diaria.

 

Tratamiento de prótesis infectadas:

El enfoque recomendado para el tratamiento de una prótesis infectada es el desbridamiento quirúrgico, el drenaje y los antibióticos apropiados. El tratamiento suele requerir antibióticos intravenosos (IV) prolongados y puede implicar la extracción del hardware implantado.

 

Tratamiento de las luxaciones:

Se recomienda remitir de nuevo al cirujano tratante para el tratamiento de las luxaciones, según proceda, a fin de reducir la luxación y evitar la recidiva.

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