Historia y mecanismo de lesión:
Mecanismo de la lesión: Las lesiones previas del hombro, que afectan al tendón, ligamento, labrum u otras estructuras del hombro, suelen asociarse a la capsulitis adhesiva. Esta afección se observa con frecuencia junto con el síndrome de pinzamiento u otros trastornos del hombro, como se indica en la subsección correspondiente de esta directriz.
Quejas de los pacientes: Los pacientes suelen referir dolor en la región subdeltoidea, que en ocasiones se extiende a la cabeza larga del bíceps o se irradia por la cara lateral del brazo hasta el antebrazo. Son frecuentes las molestias nocturnas, sobre todo al dormir sobre el lado afectado. El movimiento restringido y doloroso es una queja notable.
Hallazgos físicos:
Restricción de la amplitud de movimiento: El principal hallazgo físico es la restricción de la amplitud de movimiento activo y pasivo en las articulaciones glenohumeral y escapulotorácica. La inyección de lidocaína en la articulación glenohumeral y la reevaluación de la amplitud de movimiento puede ser un paso diagnóstico útil. La ausencia de aumento de la amplitud de movimiento apoya el diagnóstico. También pueden observarse cambios posturales, puntos gatillo secundarios y atrofia de los músculos deltoides y supraespinoso.
Pruebas de laboratorio:
Indicaciones generales: En general, las pruebas de laboratorio no suelen estar justificadas para la capsulitis adhesiva.
Recomendaciones para pacientes seleccionados: Sin embargo, en casos específicos en los que se sospecha una enfermedad o dolencia sistémica, se recomiendan pruebas de laboratorio para una mayor investigación.
Procedimientos de prueba
Radiografía o resonancia magnética: Las radiografías convencionales no suelen ser beneficiosas y la resonancia magnética no suele ser clínicamente necesaria.
Recomendaciones para pacientes seleccionados: No obstante, en casos concretos en los que esté clínicamente indicado, se puede recomendar la realización de RMN o radiografías para descartar patología concomitante. Esto es especialmente relevante en lesiones agudas o casos en los que el tratamiento no quirúrgico no ha producido mejoría y existe una sospecha razonablemente alta de patología subyacente.
Artrografía:
Recomendaciones para pacientes seleccionados: La artrografía se recomienda en pacientes específicos en función de las indicaciones clínicas. Puede ser beneficioso para descartar otra patología cuando se sospecha o para identificar y diagnosticar una cápsula articular contracturada. La artrografía también puede tener fines terapéuticos, ya que pueden inyectarse esteroides y/o anestésicos, y pueden realizarse simultáneamente procedimientos como el brisado o la artrografía de distensión (para más información, consulte la siguiente subsección sobre procedimientos de tratamiento no quirúrgico).
Procedimientos de tratamiento no quirúrgico:
Objetivo del tratamiento no quirúrgico: Los procedimientos de tratamiento no quirúrgico tienen como objetivo restaurar y mantener la función. Pueden incluir:
Intervenciones de medicina física: Las intervenciones de medicina física, como el tratamiento térmico, los ultrasonidos, la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS), la terapia manual y los ejercicios pasivos y activos de amplitud de movimiento, son el objetivo principal. A medida que los pacientes progresan, deben incorporarse al régimen ejercicios de fortalecimiento.
Medicamentos: Los medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los analgésicos, pueden ser beneficiosos. Los narcóticos sólo se recomiendan para casos de postmanipulación o postoperatorios.
Inyección en el espacio subacromial o intraarticular con esteroides:
Recomendaciones para pacientes seleccionados: En casos específicos basados en indicaciones clínicas, se recomiendan inyecciones subacromiales o en el espacio intraarticular con corticoides.
Indicaciones: Estas inyecciones pueden considerarse cuando es necesario reducir la inflamación, lo que permite a los terapeutas mejorar el ejercicio funcional y la amplitud de movimiento. Las inyecciones en el espacio subacromial con corticoides pueden ser beneficiosas si el paciente responde positivamente a una inyección diagnóstica de un anestésico. Sin embargo, no se aconsejan las inyecciones directas de esteroides en los tendones.
Frecuencia y calendario: Normalmente, una o dos inyecciones son suficientes, con un intervalo mínimo recomendado de tres semanas entre inyecciones. El efecto inmediato se observa con los anestésicos locales, mientras que los corticosteroides pueden tardar hasta tres días en producir efecto. La duración máxima está limitada a no más de tres inyecciones anuales en el mismo lugar.
Artrografía de distensión o «Brisement»:
Recomendaciones para pacientes seleccionados: La artrografía de distensión o «brisement» se recomienda en casos específicos basados en indicaciones clínicas.
Indicaciones: Considerada en casos resistentes a la terapia conservadora de al menos tres a seis meses de duración, en los que la amplitud de movimiento permanece significativamente restringida. Este procedimiento consiste en inyectar con fuerza suero salino, un anestésico y normalmente un esteroide en la articulación del hombro para alterar la cápsula.
Cuidados posprocedimiento: Tras la artrografía de distensión o la manipulación bajo anestesia (MUA), la medicina física temprana y agresiva es crucial para mantener la amplitud de movimiento y restaurar la fuerza y la función. Se espera que la reincorporación al trabajo con restricciones se produzca en el plazo de una semana, mientras que la vuelta al trabajo completo se prevé en un plazo de cuatro a seis semanas.
Manipulación:
Definición de Tratamiento Manipulativo: El tratamiento manipulativo, distinto de la terapia, se refiere a la aplicación terapéutica de fuerzas guiadas manualmente por un médico para mejorar la función fisiológica y apoyar la homeostasis alterada por lesión o enfermedad profesional con significación clínica.
Recomendaciones para pacientes seleccionados: La manipulación se recomienda en casos específicos basados en indicaciones clínicas.
Frecuencia y duración: La frecuencia puede variar hasta dos o tres veces por semana durante ocho a 12 semanas, dependiendo de la gravedad y los efectos deseados. Posteriormente, pueden recomendarse hasta dos tratamientos semanales durante las cuatro semanas siguientes. La duración óptima es de ocho a doce semanas, con una duración máxima de tres meses. Pueden ser necesarios cuidados prolongados más allá del máximo en casos de adherencias intratables o cuando se reanuden después de una inyección intraarticular, artrograma o manipulación bajo anestesia (realizada por un cirujano cualificado).
Tiempo para producir efecto: En el tratamiento del hombro, el efecto suele observarse entre uno y seis tratamientos.