Trastornos oculares

Introducción a los trastornos oculares

La guía de tratamiento médico de los trastornos oculares se ha elaborado para ofrecer a los profesionales sanitarios orientación basada en la evidencia sobre el tratamiento de adultos en edad laboral con posibles problemas oculares relacionados con el trabajo, que abarcan afecciones agudas, subagudas, crónicas o postoperatorias. Aunque se centra principalmente en los adultos en edad de trabajar, los principios esbozados pueden tener aplicaciones más amplias. La directriz abarca la evaluación inicial y el diagnóstico de pacientes con lesiones y trastornos oculares relacionados con el trabajo, incluida la identificación de señales de alarma que indiquen la existencia de enfermedades subyacentes graves. También aborda el tratamiento inicial, las consideraciones diagnósticas, los estudios especiales para la patología clínica y la relación con el trabajo, el trabajo modificado, las estrategias de reincorporación al trabajo y las consideraciones de tratamiento adicionales, como la recuperación tardía.

Es importante señalar que esta directriz excluye determinadas categorías de trastornos oculares, como los congénitos o los malignos, y no profundiza en procedimientos intraoperatorios específicos. Para los pacientes que padecen alergias y asma relacionada con el trabajo, se recomienda la Guía sobre el asma relacionada con el trabajo/ocupacional, que ofrece información sobre la gestión de la exposición para el asma inducida por sensibilizantes, el asma inducida por irritantes y los criterios para la retirada de la exposición.

Esta directriz pretende alcanzar varios objetivos, que abarcan las evaluaciones basales, las pruebas diagnósticas, el diagnóstico por imagen, las estrategias de reincorporación al trabajo, las recomendaciones de medicación, los parches, las inyecciones y los procedimientos quirúrgicos. Siempre que es posible, se tiene en cuenta la eficacia comparativa. En un esfuerzo por ser exhaustiva, esta directriz abarca algunos trastornos que pueden o no considerarse relacionados con el trabajo. Sin embargo, excluye deliberadamente trastornos que suelen considerarse totalmente no profesionales.

Los interesados en conocer más a fondo el proceso de elaboración de las directrices pueden consultar en línea un documento metodológico detallado. En este documento se expone la metodología utilizada para la elaboración de las directrices, incluida la selección y puntuación de las pruebas, la incorporación de consideraciones de costes y la formulación de recomendaciones. Además, existe una versión resumida de este documento metodológico disponible en otro lugar para su consulta rápida.

Esta guía aborda cuestiones sanitarias relacionadas con los trastornos oculares agudos, subagudos, crónicos y postoperatorios, centrándose específicamente en los siguientes aspectos:

Estudios de diagnóstico:
– ¿Qué estudios diagnósticos se han empleado para los exámenes previos a la colocación?
– ¿Cuál es la eficacia de los exámenes de cribado?

Evaluación inicial y enfoque diagnóstico:
– ¿Qué pruebas respaldan la evaluación inicial y el enfoque diagnóstico?

Identificación de afecciones graves:
– ¿Qué señales de alarma indican la presencia de enfermedades subyacentes graves?

Enfoques diagnósticos y estudios especiales:
– ¿Qué enfoques diagnósticos y estudios especiales son eficaces para identificar la patología clínica?

Enfoques de tratamiento inicial:
¿Qué enfoques de tratamiento inicial tienen pruebas de eficacia?

Relación con el trabajo:
¿Cuáles son las pruebas de la relación con el trabajo de los distintos diagnósticos? (Cuando proceda)

Parcheado:
¿Cuándo es apropiado parchear?

Trabajo modificado:
¿Qué limitaciones del trabajo modificado son efectivas y recomendables?

Vuelta al trabajo:
¿Cuándo se recomienda la vuelta al trabajo?

Intervenciones alternativas:
Cuando fracasan las opciones de tratamiento iniciales, ¿qué pruebas respaldan otras intervenciones?

Inyecciones yprocedimientos invasivos:
¿Cuándo y para qué afecciones se recomiendan las inyecciones y otros procedimientos invasivos?

Cirugía:
¿Cuándo y para qué enfermedades se recomienda la cirugía?
¿Qué cirugías se recomiendan para cada enfermedad?

Al abordar estas cuestiones, la guía pretende ofrecer una visión completa de la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos oculares agudos, subagudos, crónicos y postoperatorios.

 

Definiciones

Esta directriz emplea clasificaciones basadas en duraciones comúnmente aceptadas, categorizando las afecciones como agudas (<1 mes), subagudas (1 a 3 meses) y crónicas (>3 meses) cuando proceda. Estas distinciones temporales ayudan a formular recomendaciones y enfoques terapéuticos en función de la duración de los trastornos oculares.

 

Riesgo y causalidad

Las causas de la mayoría de las lesiones oculares suelen ser claras. El ojo es rico en nociceptores, lo que provoca síntomas agudos y perceptibles cuando se produce una lesión. En cambio, las enfermedades oculares plantean más complejidad, ya que diversos factores contribuyen a afecciones como la pterigión y las cataratas. El desarrollo de las enfermedades oculares suele estar influido por multitud de factores, lo que hace que su origen y evolución sean más intrincados que los de las lesiones agudas.

 

Enfoque general y principios

A continuación se exponen las principales recomendaciones para evaluar y tratar a los pacientes con síntomas oculares:

  • Evaluación inicial:
    • La evaluación inicial debe centrarse principalmente en identificar las señales de alarma, que son indicadores de lesiones o enfermedades potencialmente graves. La evaluación y el tratamiento urgentes son necesarios cuando se detectan señales de alarma.
  • Enfoque del tratamiento:
    • El tratamiento de los pacientes con síntomas oculares debe dar prioridad a una atención médica óptima, la vigilancia de posibles complicaciones, el apoyo al proceso de curación, la facilitación de la capacidad para permanecer en el trabajo o el fomento de una pronta reincorporación al trabajo, ya sea en régimen modificado o a tiempo completo. Las intervenciones quirúrgicas deben considerarse cuando se consideren necesarias.
  • Vuelta al trabajo:
    • Por lo general, se anima a los pacientes que se recuperan de problemas oculares a que permanezcan en el trabajo o consideren la posibilidad de reincorporarse pronto a un trabajo modificado, en función de su estado.
  • Factores ocupacionales:
    • Deben tenerse en cuenta los factores ocupacionales, sobre todo cuando se cree que el trastorno está causado por el trabajo.
  • Medidas de prevención:
    • En los casos en que la lesión o el trastorno puedan evitarse, deben abordarse y aplicarse medidas preventivas.

Esta directriz abarca una serie de lesiones y trastornos oculares con los que pueden encontrarse los profesionales sanitarios.

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