La mayoría de las veces, cuando en el trabajo te quemas los ojos con productos químicos, suele ser porque has entrado en contacto con sustancias alcalinas, como la cal o el hidróxido de sodio, o ácidas. Pero también puede ocurrir con los productos petroquímicos y algunas otras cosas. El tipo de producto químico, su cantidad, su potencia y el tiempo de exposición son factores que influyen en gran medida en la gravedad de la lesión. Tomar medidas rápidas desde el principio es probablemente lo más importante. Si lo manejas con rapidez, puede marcar la diferencia en lo bien que salgan las cosas más adelante.
Tratamiento
De entrada, es fundamental enjuagar el ojo con abundante agua u otra solución acuosa, ya que se considera muy importante para que el paciente reciba un tratamiento mejor y más eficaz. Algunos estudios apuntan incluso a que dejar que el lavado dure más tiempo puede producir mejores resultados, pero en cuanto se realice el lavado, es importante que un profesional sanitario lo compruebe.
Irrigación abundante para exposiciones químicas oculares
Estos son los consejos para hacer frente a las exposiciones químicas oculares: Para cualquier tipo de exposición química o lesión ocular, es una buena idea iniciar el enjuague ocular justo después de que se produzca la exposición, en lugar de esperar a que aparezcan los síntomas. También es una medida inteligente iniciar el proceso de aclarado rápidamente mientras otros intentan averiguar los detalles, como qué producto químico era, qué potencia tenía y durante cuánto tiempo estuvieron expuestos los ojos. Sigue con el lavado de ojos hasta que puedas hacerte con una lentilla Morgan si la cosa es más grave.
Frecuencia/dosis/duración: En una instalación industrial ideal, lo primero que hay que hacer es utilizar un lavaojos. Si no es posible, el agua del grifo funciona bien, sobre todo in situ. Los departamentos médicos de los centros de trabajo, las áreas clínicas y algunos laboratorios químicos también tienen a mano botellas de irrigación con soluciones. Aunque el suero salino normal o la solución de Ringer lactato suponen una mejora con respecto al agua del grifo, sólo merece la pena utilizarlos si se tienen a mano de inmediato. Cámbiela por agua del grifo siempre que sea posible.
Para que el enjuague ocular sea más suave, es conveniente utilizar un anestésico tópico, si se dispone de él. Ayuda al ojo a soportar mejor el enjuague.
Indicaciones de interrupción: Sólo terminar el lavado intenso, por lo general después de usar al menos 1-2 litros para limpiar el producto químico. Compruebe que el pH sea equilibrado, entre 7,0 y 7,2, tanto en exposiciones ácidas como alcalinas. Después de detener el enjuague, vuelva a comprobar el pH para asegurarse de que es neutro y no necesita más enjuague.