Las directrices proporcionadas por la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo del Estado de Nueva York presentan principios fundamentales para abordar las fracturas de falange distal y el hematoma subungueal. Estas directrices están pensadas para ayudar a los profesionales sanitarios a identificar los enfoques terapéuticos adecuados en el contexto de una evaluación exhaustiva.
Los profesionales sanitarios con experiencia en el tratamiento de las fracturas de falange distal y el hematoma subungueal pueden confiar en las orientaciones esbozadas por la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo para tomar decisiones bien informadas sobre los métodos terapéuticos más adecuados para sus pacientes.
Es esencial subrayar que estas directrices no pretenden sustituir el juicio clínico ni la experiencia profesional. La decisión final sobre el tratamiento de las fracturas de falange distal y el hematoma subungueal debe ser fruto de la colaboración entre el paciente y su profesional sanitario.
Fracturas de la punta del dedo o de la falange distal
Frecuentemente identificadas como las fracturas más comunes de la mano, las fracturas de la punta de los dedos o de las falanges distales, siendo el penacho la más frecuente, suelen ser el resultado de lesiones por aplastamiento. Estas lesiones, que suelen producirse en entornos laborales, dan lugar a fracturas conminutas o transversales y suelen ir acompañadas de laceraciones del lecho ungueal y hematomas subungueales.
Debido al soporte de tejido blando de los septos fibrosos y la placa ungueal, las fracturas de penacho suelen ser estables y curan sin complicaciones. Sin embargo, las fracturas por aplastamiento o avulsión que afectan a la base proximal de la falange distal también pueden afectar a los tendones flexores o extensores, haciendo necesaria una intervención quirúrgica.
Otra lesión frecuente es la fractura en maza o dedo en maza, una fractura-dislocación de la falange distal que provoca la pérdida de continuidad del tendón extensor sobre la articulación interfalángica distal. El hematoma subungueal, que consiste en sangre atrapada bajo la uña tras un traumatismo, es otra afección relevante.
Estudios diagnósticos
Rayos X
Recomendado para el diagnóstico de fracturas del penacho. Por lo general, basta con obtener radiografías una vez, y rara vez son necesarias radiografías de seguimiento, salvo en casos de cicatrización complicada.
MRI / CT / ultrasonido / imágenes de gammagrafía ósea
No se recomienda para diagnosticar fracturas del penacho. No hay pruebas suficientes que respalden el uso de resonancia magnética, tomografía computarizada, ecografía o gammagrafía ósea para diagnosticar las fracturas del penacho.
Medicamentos
Para la mayoría de los pacientes, el ibuprofeno, el naproxeno u otros AINE de generaciones anteriores se recomiendan como medicamentos de primera línea. El paracetamol puede ser una alternativa razonable para los pacientes que no pueden tomar AINE, aunque la evidencia sugiere que es ligeramente menos eficaz.
AINE para el tratamiento del dolor agudo, subagudo o crónico de las fracturas de copete
Recomendado para tratar el dolor asociado a las fracturas del penacho. En primer lugar, pueden probarse los fármacos de venta libre, y los AINE pueden utilizarse según sea necesario en muchos pacientes.
AINE para pacientes con alto riesgo de hemorragia gastrointestinal
Recomendado para el uso concomitante de fármacos citoprotectores en pacientes con alto riesgo de hemorragia gastrointestinal.
AINE para pacientes con riesgo de efectos adversos cardiovasculares
Se recomienda que los pacientes con enfermedad cardiovascular conocida o múltiples factores de riesgo de enfermedad cardiovascular discutan los riesgos y beneficios del tratamiento con AINE para el dolor. El paracetamol o la aspirina se consideran más seguros en cuanto a efectos adversos cardiovasculares.
Acetaminofén para el tratamiento del dolor de fracturas de mechón
Recomendado para el tratamiento del dolor asociado a fracturas del penacho, especialmente en pacientes con contraindicaciones para los AINE.
Recomendado para uso limitado (menos de siete días) para el tratamiento del dolor agudo y postoperatorio como terapia coadyuvante. Los opiáceos pueden prescribirse según se necesiten a lo largo del día, centrándose en el consumo nocturno, antes de reducirlos gradualmente.
Profilaxis antibiótica
No se recomienda para la profilaxis antibiótica postratamiento de fracturas abiertas. No hay pruebas suficientes que apoyen el uso de profilaxis antibiótica para las fracturas abiertas después de la trepanación.
Inmunización contra el tétanos
Se recomienda actualizar el estado de vacunación antitetánica según sea necesario. La vacunación antitetánica está indicada en caso de heridas que no estén limpias o quemaduras si han pasado más de cinco años desde la última vacunación antitetánica.