Diagnóstico

Criterios diagnósticos del TEA

 

Criterios diagnósticos del DSM-5 para los TEA

Criterio A: Afrontar lo impensable

En el Criterio A, hablamos de estar expuesto a cosas que te sacuden hasta lo más profundo de tu ser: muerte real o amenaza de muerte, lesiones graves o violencia sexual. Esta exposición puede producirse de varias maneras:

  1. Estar allí mismo: Pasar por el suceso traumático uno mismo.
  2. Verlo en directo: Ver cómo se desarrolla el acontecimiento ante tus ojos.
  3. Cerca de casa: Oír que alguien muy cercano a ti, como un familiar o un amigo querido, ha pasado por lo mismo. Sólo un apunte, si se trata de la muerte real o la amenaza de muerte de un ser querido, tiene que ser un suceso violento o accidental.
  4. Recordatorio constante: Abordar una y otra vez los detalles esenciales del suceso traumático. Pensemos, por ejemplo, en los socorristas que tienen que manipular restos humanos o en los policías expuestos constantemente a los sombríos detalles del maltrato infantil. Pero, y esto es importante, no cuenta si lo vio en las noticias o en fotos, a menos, claro, que esa exposición esté vinculada a su trabajo.

 

Criterio B Afrontar lo impensable: Cumplir la norma

En este criterio, ahondamos en experiencias que te golpean duramente: muerte real o potencial, lesiones graves o violencia sexual. Estas situaciones pueden desarrollarse de varias maneras:

  1. Experiencia personal: Pasar uno mismo por un acontecimiento difícil.
  2. Testigo en directo: Ver cómo sucede el acontecimiento ante tus propios ojos.
  3. Cerca del corazón: Enterarse de que alguien súper cercano, como la familia o un amigo querido, pasó por lo mismo. Atención: si se trata de la muerte o amenaza de muerte de un ser querido, tiene que ser un incidente violento o accidental.
  4. Revivirlo: Manejar repetidamente los detalles escabrosos del suceso traumático. Imagínese a los equipos de primeros auxilios tratando con restos humanos o a los agentes de policía enfrentándose constantemente a la dura realidad del maltrato infantil. Pero aquí está el truco: verlo en las noticias o en fotos no cuenta, a menos, por supuesto, que esté relacionado con tu trabajo.

Luchando emocionalmente:

Sentir la tristeza:
5. Es difícil sentir las cosas buenas, como la felicidad, la satisfacción o el amor. Las emociones positivas no parecen quedarse.

Perderse en los pensamientos:
6. A veces, la forma en que vemos las cosas cambia, como mirarnos a nosotros mismos desde el punto de vista de otra persona, sentirnos un poco distanciados o que el tiempo parece ir más despacio.

Lagunas de memoria:
7. Puede que haya partes del suceso que no podamos recordar, no por un golpe en la cabeza, el alcohol o las drogas, sino por algo llamado amnesia disociativa.

Esquivando lo difícil:
8. Intentamos alejarnos de recuerdos, pensamientos o sentimientos que nos angustien o nos recuerden el suceso duro.

Evitar los desencadenantes:
9. Los recordatorios externos se convierten en zonas prohibidas: personas, lugares, charlas, actividades, objetos, situaciones que traen de vuelta esos recuerdos, pensamientos o sentimientos difíciles.

Una montaña rusa de descanso:
10. Dormir se convierte en un reto: los problemas para conciliar el sueño, permanecer dormido o las noches inquietas se convierten en la norma.

Al límite:
11. Puede aparecer irritabilidad e ira explosiva, a menudo sin mucha razón, dirigida a personas o cosas.

Mantenerse alerta:
12. Siempre estamos alerta: la hipervigilancia nos hace estar muy atentos y precavidos.

La mente en un torbellino:
13. La concentración se convierte en una batalla: ya no podemos centrarnos en las cosas como antes.

Reacciones bruscas:
14. Las cosas pequeñas nos hacen sobresaltarnos: nuestra respuesta de sobresalto se dispara.

 

Criterio C: capear el temporal

En lo que respecta a la duración de la tormenta (esos síntomas de los que hablamos en el Criterio B), estamos considerando un plazo de tres días a un mes después de afrontar el trauma. Para que quede claro, los síntomas suelen aparecer justo después de la dura experiencia, pero para cumplir los criterios de este trastorno, deben persistir durante al menos tres días y hasta un mes.

Criterio D: Sentir el impacto

Ahora, hablemos de las secuelas. La alteración causada por estos síntomas tiene que ser muy intensa, provocando una angustia notable o entorpeciendo la vida cotidiana, ya sea en situaciones sociales, en el trabajo o en otras áreas cruciales del funcionamiento.

Criterio E: Descartar otros culpables

También debemos descartar otras posibles explicaciones. Esta alteración no puede achacarse a los efectos de sustancias como los medicamentos o el alcohol, ni a otra afección médica como una lesión cerebral traumática leve. Y, para colmo, no debería alinearse mejor con un trastorno psicótico breve.

 

Criterios diagnósticos del DSM-5 para el TEPT

Criterio A: Afrontar los momentos más oscuros de la vida

Sumerjámonos en lo que desencadena toda esta experiencia:

  1. Encuentro personal: Pasar uno mismo por los acontecimientos traumáticos.
  2. Relato de un testigo presencial: Estar allí en persona, viendo cómo se desarrollan los acontecimientos.
  3. Lazos estrechos: Oír que alguien muy querido, como la familia o un amigo íntimo, pasó por ello. Atención: si se trata de la muerte o amenaza de muerte de un ser querido, tiene que ser un incidente violento o accidental.
  4. Exposición repetitiva: Enfrentarse a los detalles escabrosos de los sucesos traumáticos una y otra vez. Imagínese a los equipos de primeros auxilios manipulando restos humanos o a los agentes de policía enfrentándose repetidamente a la cruda realidad del maltrato infantil. Ah, y para que quede claro, la exposición a través de medios electrónicos, televisión, películas o imágenes no cuenta, a menos que esté relacionada con su trabajo.

 

Criterio B: Vivir con las secuelas

Ahora, hablemos de lo que ocurre después de pasar por las cosas difíciles:

  1. Recuerdos no deseados: Hacer frente a los recuerdos angustiosos del suceso o sucesos traumáticos que siguen apareciendo, incluso cuando no lo deseas.
  2. Sueños perturbadores: Noches llenas de sueños angustiosos en los que el contenido y los sentimientos están relacionados con el suceso o sucesos traumáticos.
  3. Flashbacks: Momentos de disociación, como flashbacks, en los que se siente o parece que el suceso o sucesos traumáticos están ocurriendo de nuevo. Puede ir desde sentirse un poco desconectado hasta perder completamente el contacto con el presente.
  4. Sobrecarga emocional: Sentir un malestar emocional intenso y duradero ante cualquier cosa que le recuerde el suceso o sucesos traumáticos, ya sea desde dentro o desde fuera.
  5. Reacciones físicas: Tu cuerpo reacciona fuertemente -fisiológicamente- a cualquier cosa que te traiga recuerdos del suceso o sucesos traumáticos, ya sea desde dentro o desde fuera.

 

Criterio C: Alejarse de los recordatorios dolorosos

Ahora hablemos de cómo cambian las cosas después:

  1. Bloqueo de la memoria: Esforzarse por mantenerse alejado de recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos relacionados con el suceso o sucesos traumáticos. Es como levantar barricadas mentales para mantener a raya esos recuerdos difíciles.
  2. Tácticas de evitación: Hacer lo que sea necesario para evitar los recordatorios externos -ya sea evitar a determinadas personas, lugares, conversaciones, actividades, objetos o situaciones- que traen de vuelta esos recuerdos y sentimientos angustiosos relacionados con el suceso o sucesos traumáticos. Es una forma de crear una burbuja protectora a tu alrededor.

Criterio D: El cambio interior

Ahora, profundicemos en los cambios que se producen en el interior:

  1. Lagunas de memoria: Tener problemas para recordar una parte crucial del suceso o sucesos traumáticos. No se trata de un olvido casual; es más bien un bloqueo mental, a menudo vinculado a la amnesia disociativa y no a otros factores como un golpe en la cabeza, el alcohol o las drogas.
  2. Perspectiva negativa: Arrastrar creencias o expectativas negativas persistentes y magnificadas sobre uno mismo, los demás o el mundo. Es como tener una nube oscura sobre tus pensamientos, con creencias como «Soy malo», «No se puede confiar en nadie», «El mundo es completamente peligroso» o «Todo mi sistema nervioso está permanentemente arruinado».
  3. Juego de culpas: Atrapado en pensamientos distorsionados continuos sobre lo que causó el suceso o sucesos traumáticos o sus consecuencias, lo que le lleva a autoinculparse o a culpar a otros.
  4. Tensión emocional: Vivir con una constante y pesada carga emocional -miedo, horror, ira, culpa, vergüenza- que no cesa.
  5. Pasiones perdidas: Dificultad para participar o disfrutar de actividades significativas que en otro tiempo proporcionaban alegría o satisfacción.
  6. Sensación de aislamiento: Experimentar una sensación de distanciamiento o alejamiento de los demás, como si estuvieras en el exterior mirando hacia adentro.
  7. Bloqueo de la alegría: Lucha contra una incapacidad persistente para sentir emociones positivas -felicidad, satisfacción, sentimientos de amor- que solían iluminar tu vida.

Criterio E: Subirse a la montaña rusa emocional

Ahora, hablemos de la montaña rusa de emociones que se desencadenan:

  1. Explosiones de irritabilidad: Hacer frente a repentinos ataques de irritabilidad y explosiones de ira, a veces incluso cuando no hay razón aparente. Es como la ebullición de las emociones, expresada mediante agresiones verbales o físicas hacia personas u objetos.
  2. Tendencias arriesgadas: Incurrir en comportamientos arriesgados o autodestructivos, como si se tratara de navegar por la turbulencia de las emociones dando saltos atrevidos.
  3. Vigilancia constante: Estar todo el tiempo en alerta máxima -hipervigilancia-, atento a posibles amenazas o peligros, incluso en situaciones aparentemente seguras.
  4. Reflejo de sobresalto: Experimentar una respuesta de sobresalto exagerada, como si sus nervios estuvieran constantemente al límite, lo que le hace reaccionar más intensamente de lo habitual ante estímulos repentinos.
  5. Fluctuaciones de concentración: Problemas de concentración, dificultad para mantener la atención o procesar la información con fluidez.
  6. Problemas de sueño: Lucha contra los trastornos del sueño: problemas para conciliar el sueño, para permanecer dormido o para pasar noches inquietas. Es como una lucha constante por encontrar el descanso en medio de la turbulencia interior.

 

Criterio F: Vivir con las secuelas

Ahora, vamos a analizar las secuelas y cuánto duran:

Vivir con el impacto: Los efectos del suceso o sucesos traumáticos se extienden más allá del shock inicial, permaneciendo durante más de un mes. Es como un eco perdurable de los síntomas angustiosos descritos en los Criterios B, C, D y E, que se convierte en parte de la vida cotidiana.

 

Criterio G: La vida al límite

Hablemos ahora del impacto en la vida cotidiana:

En la cuerda floja: Las secuelas de los sucesos traumáticos no son sólo una lucha personal, sino que se extienden a los ámbitos social, laboral y otros aspectos cruciales de la vida. Es como caminar por la cuerda floja, con la perturbación causando una angustia notable o interponiéndose en el funcionamiento de estas áreas esenciales. No se trata sólo de sobrevivir; se trata de encontrar un equilibrio en medio de todo.

 

DSM-IV frente a DSM-5: implicaciones de las guías de práctica clínica

Los criterios para diagnosticar el TEPT sufrieron importantes revisiones desde el DSM-IV, publicado en 1994, hasta el DSM-5, publicado en 2013. Si una persona fue diagnosticada de TEPT según el DSM-IV antes de que se introdujeran los criterios del DSM-5, las directrices de tratamiento del TEPT que aquí se ofrecen son aplicables a su atención. Para los diagnósticos realizados después de la publicación de los criterios del DSM-V, el diagnóstico de TEPT debe ajustarse a los criterios descritos en el DSM-V. En esencia, si un trabajador lesionado recibió previamente un diagnóstico de TEPT según el DSM-IV, ese diagnóstico sigue siendo válido, y su atención debe atenerse a las directrices aquí expuestas.

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